Desnudo integral
Resulta que desde un tiempo a esta parte se está sometiendo por sistema a todas las personas que vienen a comunicar frente a frente (comunicaciones íntimas) a sendos cacheos y registros que indefectiblemente culminan con el desnudo integral de todos los visitantes, incluso con la exigencia de realizar flexiones en la citada situación de despelote. Se ha dado el caso de que, por falta de un cristal en la dependencia que se ha utilizado a tal efecto, internos y funcionarios han sido testigos de excepción de algún que otro desnudo total de esposas, madres o hijas de internos. Poseo el testimonio de un compañero, que, si fuese necesario, se denunciaría con todo tipo de detalles (hora, día, nombres, color del vello del pubis, etcétera). En repetidas ocasiones se ha solicitado de la dirección del establecimiento que cesen estos humillantes controles, incluso dando soluciones alternativas, y hasta la fecha no hemos conseguido nada.No nos importa que a los internos nos sometan a cualquier tipo de medida, la que sea, desde rayos X hasta aislamiento de los días que quieran tras estas comunicaciones. Pero a nuestras familias que no las humillen, por lo que personalmente pienso renunciar a estos contactos, previstos por la ley como instrumento de vinculación y reinserción, hasta tanto se solucione este asunto. El actual ordenamiento penitenciario contempla y posibilita el registro y control de las personas autorizadas a comunicar con los internos, puntualizando que esto se hará con el respeto debido a la dignidad de las personas. Y este último punto, unido al contenido del artículo 15 de nuestra Constitución (que nos garantiza, entre otras, la integridad moral condenando la tortura y los tratos degradantes), es en lo que me baso cuando muestro mi desacuerdo con la medida tomada.Pasa a la página siguiente
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Puede usted imaginarse lo que supone una posible visita de padre, madre, abuela y niños, y que forzosamente hayan de despelotarse. Denigrante. Qué cantidad de traumas pueden producirse en un pequeño que sea desnudado ante un extraño, si ya el mero hecho de venir aquí los aterroriza. Y una anciana teniendo que desposeerse hasta de las bragas. Somos nosotros los condenados y no nuestras familias, que ya sufren una terrible presión psicológica por el mero hecho de tener a un ser querido entre rejas, para que además tengan que sufrir este tipo de vejaciones- Prisión Provincial. .
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