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TVE repone los seis 'Cuentos imposibles' escritos y dirigidos por Armiñán

Buena parte de la historia de TVE -buena también desde el punto de vista estético y sociológico- se identifica con Jaime de Armiñán, el primero en escribir, dirigir y realizar relatos originales, desde 1959, para este medio recién nacido. La segunda cadena repone ahora estos seis relatos de una hora, emitidos hace dos años, entre los que hay alguna que otra pieza maestra, como El juncal, con Francisco Rabal en el papel de torero retirado.

Jaime de Armiñán responde con el silencio cuando se le pregunta sobre la invitación que Pilar Miró, directora general de RTVE, le cursó para hacerse cargo de la dirección de programas. El propósito del nuevo equipo directivo de Miró y de Jesús Martín, director de TVE, es potenciar la producción propia. Los directivos pensaron en Jaime de Armiñán -también en Adolfo Marsillach, que debutó en TVE como actor precisamente con Armiñán-, que ha sido, durante la década que va de finales de los cincuenta a finales de los sesenta, uno de los autores más fértiles.Jaime de Armiñán se estrenó para TVE a principios de 1958 en el paseo de La Habana (TVE comenzó sus emisiones regulares el 28 de octubre de 1956) con Érase una vez, adaptacionés de cuentos clásicos en 15 minutos de duración, pero con un formato absolutamente innovador, ya que están complementados con un debate sobre,cuestiones tales como si es culpable o no el lobo de Los tres cerditos. Siguió Cuentos para mayores, el primer antecedente de sus relatos, también emitido en directo, y, a principios de 1959, su primera serie, Galería de maridos, en la que debutó Adolfo Marsillach, protagonista junto con Amparo Baró. Vinieron después Mujeres solas, Chicas en la ciudad y, ya en la temporada 1963-1964, otra serie de éxito, Confidencias, con Antonio Ferrandis; Tiempo y hora, Las doce caras de Juan, Fábulas (de 1968, con Fernando Fernán-Gómez), más la fructífera colaboración con Narciso Ibáñez, Serrador en Historias de la frivolidad (1968), y toda una cadena de relatos originales que pasan por todos los horarios de la programación, desde la sobremesa hasta la noche de los sábados o de los domingos. Tantos que ya en 1973 la actriz Amparo Baró declaraba que había intervenido en 450 obras de Armiñán.

Ha sido, por tanto, Armifián el indiscutible artífice de los seriales costumbristas en nuestra televisión, de un género estelar de la televisión, llámense, como en Estados Unidos o el Reino Unido, sitcom, comedias de situación, o sírnplemente telecomedias. Género cuya producción nacional abundó en aquellos años dorados de TVE. Armiñán vivió y recorrió en estos seriales la historia de la tecnología televisiva: primero los realizó y emitió en directo en los primeros años ("hacíamos cosas inauditas, ni siquiera se ensayaba", comenta); los grabó después en vídeo, a partir del año 1960, cuando llega a España el primer magnetoscopio y cuando, como él recuerda ahora, "se grababa de un tirón y no por bloques, de manera que un error en el minuto 28 obligaba a repetir de nuevo toda la grabación", luego con el Electronic-Cam y en cine. Llegó a tener en antena dos series a la semana.

La producción que se repone hoy, encargada en 1983 por Enrique de las Casas, entonces director de la primera cadena, señalaba el regreso a TVE de Armiñán, después de haber realizado Suspiros de España, en 1974, paréntesis de 10 años que dedicó al cine. Estos días ultima su película Mi general.

La censura es la diferencia que marca la frontera entre una y otra época: "La censura era antes uno de los retos más divertidos que teníamos para lograr que los relatos tuvieran vigencia y actualidad", afirma Armiñán. "No es que se censurara plano a plano. Te decían: 'Ten cuidado con lo que escribes'. Y eso era suficiente para poner en marcha los mecanismos de autocensura. Cuentos imposibles tienen tan sólo un común denominador: temas que se ciñen a la realidad actual de la vida española, sin la menor pretensión de dar moraleja. Unos son más dramáticos y otros son más frívolos".

Entre los seis relatos destaca El juncal, una pequeña pieza maestra en la que Francisco Rabal interpretaba a un viejo matador de toros retirado.

Cuentos imposibles se emite hoy, a las nueve de la noche, por TVE2.

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