Herrero de Miñón considera "ingenua" la propuesta de acuerdo de Hernández Mancha

Miguel Herrero de Miñón, vicepresidente ejecutivo de Alianza Popular, consideró ayer "ingenua" la propuesta de consenso hecha por quien se perfila como su prácticamente seguro rival en la lucha por el poder en el partido, Antonio Hernández Mancha. Por su parte, Abel Matutes aceptó ayer públicamente, desde Bruselas, la oferta de una vicepresidencia que le hizo el líder andaluz de AP.

La propuesta de Hernández Mancha a Herrero de Miñón, contenida en una carta que le envió el pasado lunes, se considera como la última oferta para lograr un consenso entre ambas partes, y todos los medios aliancistas consultados ayer por este periódico piensan que el enfrentamiento "será inevitable" en el congreso extraordinario de AP que se inicia el sábado en Madrid.Sucesivas reuniones del comité ejecutivo y de los principales dirigentes de AP, celebradas ayer en medio del más total hermetismo, no parecieron aportar grandes dosis de concordia en las posiciones enfrentadas. Ambas partes se mostraron, en sus escuetas declaraciones a los periodistas, seguras de ganar, una vez efectuado el recuento de los 2.800 compromisarios que asistirán al congreso. Los análisis efectuados por observadores independientes otorgan, sin embargo, una cierta venta a Hernández Mancha, que concurriría en una lista conjunta con el comisario europeo Abel Matutes.

El conflicto entre Herrero y Hernández Mancha adoptó enlos últimos días un inesperado giro cuando Herrero dirigió el pasado viernes una carta abierta a su adversario congresual. En reciprocidad, Hernández Mancha envió otra carta abierta a Herrero el pasado lunes. Ambas epístolas fueron conocidas por la Prensa antes que por sus respectivos destinatarios.

Herrero lo pide todo

Herrero, en la epístola enviada al líder andaluz -a quien hubieron de leérsela los periodistas, para que la comentase-, definía tres áreas claras de actuación en el partido: la primera, "Ia dirección parlamentaria y las inherentes responsabilidades de relaciones con el Gobierno y las instituciones, los otros partidos, las fuerzas sociales y el mundo internacional". Aunque, naturalmente, Herrero no se proponía a sí mismo para tal labor, insistía en que quien realice todas estas actividades "debe ser la misma persona", dejandó entenderque no cabe otro, sino él, para encarnar estas tareas.

La segunda área de actuación propuesta por Herrero "se refiere a la movilización de la opinión a la comunicación social, a toda esa ejemplar actividad que también realizaba Fraga, desde las calles a la televisión". De estas cuestiones, según la carta de Herrero, debe ocuparse Hernández Mancha, quien recibió el mensaje "enfurecido", según fuentes próximas al político andaluz.

El lunes, el presidente de AP en Andalucía contraatacaba. Pese a haberse mostrado "sorprendido" y "dolido" porque Herrero hubiese utilizado la vía epistolar como medio de comunicación, Hernández Mancha replicó con otra carta abierta, hecha pública tras toda una jornada de conversaciones entre ambos. La contracarta, redactada en los mismos términos de cordialidad que la de Herrero, le proponía una dirección para el partido presidida por el propio Hernández Mancha, con Gerardo Fernández Albor como presidente de la federación de AP -una ficción jurídica hoy carente de significado real- y Abel Matutes, Fernando Suárez y Alberto Ruiz-Gallardón compartiendo vicepresidencias con Herrero. Arturo García Tizón, perteneciente, como Matutes y Ruiz-Gallardón, al sector de Hernández Mancha, ocuparía, según esta propuesta, la secretaría general.

Por su parte, el comisario Abel Matutes Juan dió ayer una respuesta positiva a Antonio Hernández Mancha al aceptar desempeñar una vicepresidencia de Alianza Popular (AP), según le manifestó en una carta cuyo contenido divulgó a los medios de comunicación.

Matutes afirmó ante la Prensa -informa Ignacio Cembrero- que había "tomado la decisión definitiva de aceptar la integradora oferta de Hernández Mancha" que se autopropone para presidente, un cargo al que el comisario ha renunciado por "no querer", dijo, "encabezar una candidatura de confrontación".

"Creo", añadió el empresarío ibicenco, "que hemos encontrado una fórmula ideal (...) que me permite cumplir y terminar mí compromiso en Bruselas". Su mandato expira a finales de 1988.