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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Qué ética

El colmo del posmodernismo que se nos viene encima tal vez podría estar en el consejo que nos da G. Vattimo (EL PAIS, 8 de enero de 1987): el maestro que andábamos buscando es Schopenhauer. Lo que necesitamos , para fundamentar el "consenso", es la ética schopenhaueriana que implica poner en práctica su metafísica: negar la voluntad de vivir mediante la "ascesis", ya que aquélla encarna la realidad ontológica del mal que, ahí, ya no se trata de "ausencia de bien". Aunque la recuperación de este pensador sólo sea "implícita", como se afirma, sin embargo la ideología que conlleva tal retorno en su idea general de la ascética como orientación ético-filosófica es explícita. Porque lo que se deja sin decir es qué grado de ascesis necesitan unos y otros para llegar "al plano de las representaciones compatibles". Puede que el "mal" esté en la lucha por los intereses; sólo que ahora se nos exhorta a una ascética ética cuando en la práctica se sigue en una ascética forzosa que se hace más santa según los casos. ¿Cabe esperar una ascesis desideologizada de acuerdo a "una interpretación más madura de la democracia"? Pero, ante una mesa de negociaciones sobre los intereses de la vida, ¿todas las partes del conflicto harán el mismo acto de ascesis?; pero, si esto fuera así, todo seguiría igual que antes. Aunque tratándose del marco metafísico de esta ética no es de extrañar, puesto que realmente no hay diferencias entre víctimas y verdugos, son la misma voluntad de vivir. Los individuos son meras apariencias.¿Qué significa este " ideal ascético" precisamente en el "final de la modernidad"? Siendo el colmo, no obstante era de suponer esta sutil llamada a la desindividualización en aras de la "comunicación" y el "consenso"; pues con antelación ya se ha levantado acta de la defunción del individuo. Nada ha quedado de su otrora intempestividad; debemos aspirar a ser puntuales y amables posmodernos. ¡La ascesis va a ser el catalizador de la democracia al final de la modernidad! Pero ya estamos sentados para la negociación, erradiquemos toda sospecha. Eso si, que nos pongan con los titulares y, a ser posible, entre los catedráticos. Por piedad.-

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