Díaz Miguel visitó a Fernando Martín en Portland y lo encontró decidido a seguir
Los Portland Trail Blazers, segundos en la división del Pacífico, con 24 victorias y 14 derrotas, siguen ganando, y Fernando Martín sigue mirando. Hace casi cuatro semanas que no se levanta del banquillo. Pero según Antonio Díaz Miguel, seleccionador nacional, de gira por Estados Unidos, Martín ha aceptado su destino como rookie (debutante) en la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) y está feliz en su aventura. "Lo he encontrado mucho más animado de lo que esperaba", dijo Díaz Miguel. "Lo vi bien. No juega, no jugó ninguno de los dos partidos que vi, pero acepta su momento. Cree que jugará el año que viene".Díaz Miguel compartió con su antiguo pupilo casi tres días. Lo vio por primera vez la noche del 9 de enero en New Jersey, donde Portland venció a los Nets por 127 a 120 en prórroga, y se fue con él a Milwaukee, donde dos días después los Trail Blazers vencieron a los Bucks por 103 a 91.
"Dice Fernando que los primeros dos meses le costó, pero no porque no haya jugado. Fue el cambio de vida, el tiempo que tardaron en conseguirle casa, conseguir un coche. Físicamente lo he visto muy fuerte; me hubiera gustado verle entrenar, para ver cómo se desenvuelve con sus compañeros. La fuerza la tiene. Tiene el corazón. Lo que ocurre es que la velocidad de la NBA es mucha velocidad, y para jugar debajo de la canasta se necesita más estatura, pero eso lo vengo diciendo desde hace años".
A pesar de medir 2,06, para su rapidez de piernas Martín resulta muy pequeño en su puesto para la NBA. Hay bases que miden igual, entre ellos Magic Johnson, de los Lakers de Los Ángeles. Y todos son por lo menos tan veloces como un Corbalán. La falta de estatura no es siempre una desventaja, pero entonces hay que jugar como un Kenny Carr, el ala pívot de dos metros y 111 kilos de su equipo, que luce por su dureza. Además de anotar 11 puntos por partido, es el mejor reboteador del equipo, con un promedio de 10,7.
"Ése es el tema que veía con Fernando", dijo Díaz Miguel. "Ahora se da cuenta del porqué de mi pasión por la defensa".
"Fernando tiene derecho a esta aventura. Yo creo que si tuviera la altura de Romay [2,13] sería uno de los mejores pívots de la NBA. Se pegaría con Kareem Abdul-Jabbar y con su padre".
Antonio Martín
Díaz Miguel también se encontró con el hermano menor de Martín, Antonio, que sigue en la universidad de Pepperdine y está recuperándose de una lesión de un tendón de la rodilla. "Está contento. Ha empezado a levantar pesas y a entrenar por su cuenta. Es posible que pueda jugar dentro de un mes".
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