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Robles Piquer convoca a todos los 'notables' de AP para evitar un enfrentamiento en el congreso extraordinario

Los intentos de buscar una conciliación entre los sectores enfrentados en Alianza Popular (AP) se incrementan conforme se acerca la fecha de celebración del congreso extraordinario del partido, previsto para los días 7 y 8 del próximo mes de febrero. El coordinador general de AP y cuñado de Manuel Fraga, Carlos Robles Piquer, convocó sorpresivamente para mañana un encuentro en su domicilio, al que han anunciado su asistencia varios de los principales personajes que pugnan por el poder en la formación conservadora.

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Tanto medios cercanos al presidente ejecutivo aliancista Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón -a quien actualmente apoya Robles Piquer- como a su probable rival en el congreso extraordinario, Antonio Hernández Mancha, presidente de Alianza Popular en Andalucía, negaron que Manuel Fraga esté tras este intento de pacificación del partido, intento ante cuyos resultados fuentes próximas a una y otra parte se muestran pesimistas.Robles Piquer declaró ayer a Radio Nacional que es partidario de una solución de consenso en el congreso extraordinario, en el que preferiría una lista acordada "donde esté lo mejor del partido" y no listas enfrentadas. El coordinador general aliancista restó importancia a la reunión convocada en su domicilio.

Entre los citados al encuentro, según Robles Piquer, están, además de Herrero y Hernández Mancha, el presidente en funcíones de AP, Gerardo Fernández Albor; los vicepresidentes Fernando Suárez y Alfonso Osorio, y el comisario europeo Abel Matutes.

La reunión se celebrará en la víspera de la reunión del Comité Ejecutivo del partido y de la Junta Directiva Nacional aliancista. Los dos mayores órganos decisorios aliancistas deberán abordar ineludiblemente los temas claves de la reforma de los estatutos del partido y debatir los "conflictos de personalismo", que se traducen en una lucha por el poder en el próximo congreso extraordinario. Ambas cuestiones se encuentran estrechamente ligadas, dado que la reforma de los estatutos depende de la solución que se encuentre para el reparto del poder en AP.

El partido perderá su carácter presidencialista si se llega al acuerdo de conceder una presidencia no ejecutiva a Abel Matutes, una vicepresidencia única a Miguel Herrero y una secretaría general con poderes ampliados a Hernández Mancha. Sin embargo, AP continuaría siendo un partido presidencialista en el caso de que Herrero conserve sus actuales poderes, limitado por una dirección más colegiada.

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El pesimismo se extendía ayer en AP en cuanto a las posibilidades de llegar a un consenso entre las tesis de Hernández Mancha y las de Herrero, para quien la presidencia del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso -que ahora, tras la salida de los diputados liberales, ha quedado limitado a 68 escaños- es indivisible de la del partido, mientras el tándem Hernández Mancha-Matutes opina lo contrario.

Tanto Herrero -que se encuentra en Roma- como Hernández Mancha -que ayer viajó a Barcelona, continuando sus viajes preelectorales por España- han evitado cualquier declaración hostil hacia la otra parte. Fuentes próximas a ambos dirigentes subrayaron ayer que existen escasas posibilidades de éxito en los intentos conciliadores de Robles Piquer, a quien se atribuye una actitud cercana a Herrero de Miñón.

Otros dirigentes aliancistas muy próximos a Manuel Fraga como el tesorero Ángel Sanchís han toniado partido por Hernández Mancha, lo que constituye una buena muestra de que el ex presidente de AP evitará tomar partido por cualquiera de los dos bandos en conflicto.

Fraga se reunirá mañana, por primera vez desde su dimisión, con un grupo de periodistas, pero ya ha anticipado a personas de su entorno que no piensa inclinarse por nadie antes del congreso extraordinario.

Clima de tensión

El clima de tensión, conforme se acerca la fecha del congreso, se incrementa: los partidarios de Herrero acusan a los seguidores de Hernández Mancha, en general, y a Abel Matutes, en particular, de haber alentado el pase al Grupo Mixto de los miembros del Partido, Liberal, que, con su abandono del Grupo Parlamentario Popular, habrían tratado de poner de manifiesto la escasa voluntad conciliadora de Herrero.

Los liberales, por su parte, niegan tajantemente que su actitud responda a cualquier maniobra contra el actual hombre fuerte de Alianza Popular, Miguel Herrero de Miñón.

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