Más de 500.000 niños y jóvenes participaron en Juvenalia 86

Un gran espectáculo final clausuró ayer Juvenalia 86, la muestra anual de la infancia y la juventud que desde el pasado día 16 se ha celebrado en el recinto ferial de la Casa de Campo. Seiscientos monitores, una veintena de grupos de animación y 1.600 técnicos y especialistas trabajaron durante 13 días para llenar el ocio de más de medio millón de niños yjóvenes madrileños. En la pasada edición pasaron por la feria 225.000 personas.

"La gratuidad de la muestra, junto al enfoque más participativo y lúdico que comercial impuesto este año" han sido, según Pepe Molina, coordinador general de Juvenalia 86, las claves de esta asistencia masiva. "Se ha intentado ofrecer al niño algo más que chapas y pegatinas, exigiendo su participación antes de regalarle nada, para superar así el síndrome va de bolsa, que había hecho descender alarmantemente la afluencia de público en anteriores ediciones.

Juvenalia 86 ha contado con un presupuesto total de unos 450 millones, de los que 40 se han destinado a publicidad del certamen: chapas, pegatinas, carteles, bolígrafos, vallas, cuñas en radio, anuncios en prensa y en la televisión regional.

Parados y estudiantes

"A la hora de elegir a los monitores y encargados de cada área se tuvo en cuenta la especialización de los mismos, su experiencia en certámenes de este tipo y su situación laboral actual, primando a parados y estudiantes sobre los demás", aseguró Leonardo Marcos, coordinador de Juvenalia por parte de la Administración del Estado.La jornada laboral de los contratados ha sido de 10 horas diarias. Su retribución dependió de la labor desempeñada y del organismo que los contrató. En un cálculo estimativo, las retribuciones han oscilado entre las 40.000 pesetas para los distribuidores de folletos y las 120.000 de un responsable de caseta.

Isabel Miranda, responsable de actividades y protocolo del certamen, que contaba con cinco millones de pesetas para la contratación de grupos de animación, gastó 2.800.000 pesetas. "Porque me he ajustado a lo que considero necesidades básicas de Juvenalia, contratando a aquellos grupos en los que la participación de los chavales primara por encima de todo".

Una charanga, dependiendo de su caché, cobró unas 120.000 pesetas por hora y media de actuación. El espectáculo de animación más caro -680.000 pesetas- fue el de un grupo de jóvenes disfrazados de monos que el primer día del certamen repartieron invitaciones por la ciudad y animaron a diario la muestra. Como contraste, los monitores del pabellón del Ministerio de Defensa han sido jóvenes que cumplen el servicio militar.

Quizá el mayor problema de esta edición ha sido, en palabras de sus organizadores, la excesiva masificación.