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Tribuna:GUÍA IRRACIONAL DE ESPAÑA
Tribuna
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El español y los ángeles

El español tiene un trato familiar y campechano con los ángeles. Monseñor Del Ton, de la curia romana, dice que los ángeles son "bellos, vírgenes y sociables". Según este sabio, los ángeles son tan puros como prácticos. Una especie de ejecutivos del cielo. "Los ángeles son los administradores de la creación hecha por Dios, son bellísimos cuando se revelan en semblanza humana, aman la virginidad y les encanta estar en compañía", dice el protonotario apostólico. Los españoles tenemos un primer contacto espiritual, infantil, con el Ángel del Paraíso, que expulsó a Adán y Eva por su afición a las manzanas de sidra, y un primer contacto corporal con el Ángel de la Guarda, que aparte de ser el patrón de los agentes urbanos, es el que salva a los niños de los puentes quebradizos, según la pintura de Murillo. Uno, durante la adolescencia cristiana, siempre soñó con que su ángel custodio fuese hembra y con beneficiárselo. Todos los españoles tenemos nuestro ángel de la guarda, menos los de izquierdas, claro. El mito párvulo del ángel puede ser luego, repetido a lo largo de la vida, el médico de bata blanca (y no digamos la enfermera). El ángel custodio del hombre es la mujer, como yo sostenía en un libro, y el ángel custodio de la mujer es el hombre, de modo que el sexo de los ángeles viene predeterminado por la condición del custodiado, varón o hembra. De ahí el andaluz "tener ángel". Tierno tenía un ángel municipal y Barranco es desangelado. El futbolista Butragueño es el ángel del fútbol nacional, más angélico que técnico.Y lo dice el pueblo español:

-Butragueño juega como los ángeles.

Hay un ángel que patrulla por nuestra sangre, que es el ángel de la salud, y hay, en la política, un ángel rebelde, Pablo Castellano, ángel caído de los cielos velazqueños de la Moncloa. El que, reuniendo méritos, no llega a ángel, es porque aspira mundanalmente a "monseñor", como Escrivá de Balaguer, cuyo proceso de beatificación está'ahora en marcha. El monseñor es un santo marcado por la impaciencia, que nunca llegará a ángel, como el académico es un escritor marcado asimismo por la impaciencia, que nunca llegará a clásico vivo o muerto. La angelidad, el angelismo, no son otras cosa que paciencia. España cree en los ángeles, pero los españoles prefieren dignidades más inmediatas. Ha venido a mi dacha Heberto Padilla, angelizado por los sufrimientos de la cárcel, atravesado por todas las terribles tentaciones que acosan a los ángeles. Pero he visto un ángel con alas tejidas de idiomas a través del personaje político/poético. Remedios Cervantes, Miss España, es un ángel impersonal y convencional que acabará en ama de casa, limpiando el polvo con las alas. Monseñor Suquía es otro ángel frustrado por el título de "monseñor", que le impacientó. Dios impacienta a sus ángeles para ponerlos a prueba. Y muchos pican (el ángel, dotado de alas, tiene algo de pájaro, está esbozado por la teología sobre el diseño natural del águila: toda la teología, si bien se mira, es Historia Natural). Los niños nacidos de los abortos no son ángeles, ni siquiera querubines.

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Ya sólo se ven ángeles puros en las películas porno. El editor es el ángel custodio del escritor y Estefanía de Mónaco es el ángel, no de Dios, sino de Dior (casa). Un ángel efébico, como debe ser. Almodóvar es el ángel manchego de la movida y Feo es el ángel de Felipe. Los homosexuales, contra quienes ahora se manifiesta el Vaticano, son unos ángeles de Botticelli que vienen a desconcertar la dialéctica sexual. Los ángeles los crea Dios, sin duda, para introducir confusión entre los hombres. Son un tercer sexo teológico que ha encarnado en un tercer sexo sexual. El hombre, cada día, le va ganando batallas a Dios, y a esto es a lo que, sin arcalzar, podemos llamar humanismo. La jet set es un friso de arcángeles terrestres que desciende hebdomadariamente, a todo color, sobre las amas de casa y las que tiran de un carrito en el híper. Cari Lapique, Spartaco Santoni, Marujita Díaz, Gades, Pepa Flores (ahora por libre), Carlitos Goyanes, Carmen Cervera, Tere Velázquez, etcétera, son ángeles/arcángeles de todos los sexos que arcangellzan la condición social de Marbella, mural de mar y felicidad, frontispicio y atracadero de España en el mundo, del mundo en España. Los atletas son otra especie, aún más pura, -con alas de embrocación, del angelismo nacional, y ahora va a haber una magna concentración de ángeles en Barcelona, cuando la Olimpiada, gracias a mi querido y angélico Ferrer Salat. El atleta responde mejor que nada y que nadie al concepto español de "ángel", que siempre es un concepto un poco olímpico. Los ángeles son los atletas de Dios.

El único ángel femenino y menstrual que hoy tenemos en España es Angela Molina, un ángel que se ha inventado el genial Manuel Gutiérrez Aragón, dentro de su angeología cinematográfica, tan vállda como la angeología filosófica de maestro D'Ors. Gutiérrez Aragón me lo ha dicho, cenando en un mesón de Las Rozas.

-Entre Ángela y yo hay algo raro, pero no inconfesable.

Angelicales son todos los enfermos, todos los marcados ya por la muerte, siquiera sea levemente, porque ellos verán a Dios. Las consultas del Seguro están llenas de ángeles, arcángeles, querubines, serafines, tronos, dominaciones y toda la escalilla. Algunos se mueren, y esto parece un fracaso de la medicina, pero es un triunfo de la teología. La enfermedad angelíza al hombre. Seníllosa es el ángel caído de la política nacional, y de ahí le viene el dandismo y el satanismo con buenos modales. Marcelino Camacho es un ángel que ha sustituido la teología por el sindicalismo, pero que va a las manifestaciones con fe, esperanza y caridad (las tres virtudes teologales) de ángel. Los ángeles, en fin, están entreverados en el pueblo español como en ningún otro pueblo, y si les hemos dado todas estas corporalizaciones terrestres es por mejor ilustrar la fe del espanol en el ángel. Desde la enseñanza primaria nos enseñaron que los ángeles son unos recaderos de Dios que siempre están resolviendo asuntos en los negociados de la tierra. Incluso el español que no cree en Dios, cree en los ángeles y en los demonios.

Estando en Santiago de Compostela con una cómica madrileña, hace unos meses, en el Hostal de los Reyes Católicos, me sorprendió ella, en la mañana de la partida, antes de coger el avión, con su visita al Señor Santiago, casi paredaño:

-¿Pero tú tienes fe? -le dije.

-No, qué va, yo cómo voy a tener fe. Sólo le he pedido al Apóstol salud y trabajo, pero fe no tengo.

La cómica tenía y -tiene justa y merecida fama de progre, pero la inmediatez del Apóstol pudo más que ella. No la denuncio, sino que la quiero más desde entonces. El español, quiere decirse, mantiene, respecto de los ángeles y los apóstoles, una actitud ambigua, entre el escepticismo y la fe "por si acaso", más las peticiones de ocasión y la Santa Bárbara que no es sino creación de los truenos. Un español tan español y tan pagano como el andaluz, sigue trabajándose el mito del ángel, que es la gracia que toca a una persona o a todo un pueblo, en el hombro colectivo. Eugenio d'Ors a su manera irónica y pasatista, García Lorca a su manera lírica, creían en los ángeles. Los ángeles-son el último irracionalismo del español, cuando el español se ha desprendido del resto de la teología. Todo lo que en Monod, por ejemplo, sería azar o necesidad", en el español sigue teniendo misterio y levedad de ángel transeúnte. Hasta un poeta comunista, como Alberti, escribió "sobre los ángeles" (cuando aún no era comunista).

El irracionalismo nacional se entiende bien con los ángeles y el gran pintor Gregorio Prieto tiene la mejor colección de ángeles/arcángeles en su estudio de General Perón. No creemos en el ángel abstracto, pero seguimos creyendo en el ángel hembra. En qué si no.

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