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El Gobierno polaco requisa un camión sueco con 'material subversivo' para Solidaridad

Las autoridades polacas mostraron ayer a representantes de la Prensa internacional gran número de multicopistas, imprentas, ordenadores, emisoras, literatura y material de propaganda del sindicato Solidaridad incautados recientemente por la policía en un camión sueco. El conductor sueco que portaba todo este "material subversivo" está detenido e incomunicado. Según las autoridades, el transporte, que de acuerdo con los papeles de ruta sólo cruzaba Polonia hacia Austria, estaba destinado al aparato ilegal de Solidaridad.

Fuentes gubernamentales polacas insistieron ayer en sus sospechas de que los servicios secretos suecos podían estar implicados en la operación.Observadores occidentales en Varsovia, por su parte, consideran sospechosa la coincidencia de este descubrimiento con el quinto aniversario de la declaración de la ley marcial, el 13 de diciembre. La versión oficial de la operación presenta considerables lagunas y ofrece una ocasión idónea a las autoridades para atacar a la oposición política, implicándola en actividades de espionaje. El portavoz del Gobierno, Jerzy Urban, había advertido el martes que los dirigentes de la oposición debían cesar de inmediato sus actividades ilegales, ya que éstas comenzarán a ser perseguidas de nuevo a principios de año. "Desde la amnistía se han cometido más de 500 delitos por parte de miembros de la denominada oposición. No se han abierto sumarios por ello, pero esto acabará con el año".

Con un gran despliegue televisivo, los periodistas extranjeros fueron llevados ayer a unos gimnasios del Ministerio del Interior, en la afueras de la capital polaca, donde se encontraban el material incautado, el camión sueco y una furgoneta en la que un ciudadano noruego intentó el pasado día 6 introducir libros y revistas clandestinas polacas.

Entre el material encontrado en el camión, que miembros de la policía explicaron con detalle a los periodistas insistiendo en que parte de los aparatos tenía fines de espionaje, había ordenadores portátiles, receptores de radio, multicopistas, aerosoles de pintura, 420 botes de tinta para impresión, transmisores y radiocasetes, artículos todos ellos que se pueden adquirir libremente en unos grandes almacenes occidentales. Entre los más de 100 títulos de libros que se encontraban en el mayor alijo encontrado por las autoridades polacas en la lucha contra la subversión se hallaban obras de Milan Kundera, Raimond Aron y Wladislaw Bartoszewski, así como escritos de disidentes polacos, como Jacek Kuron y Adam Michnik.

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