Pasqua, en el punto de mira
Charles Pasqua, el ministro del Interior de Jacques Chirac; el hombre de los Comités de Defensa de la República que se lanzaron a la calle en mayo de 1968 para expresar su adhesión a Charles de Gaulle; el especialista en recortar circunscripciones electorales a la medida de la Asamblea por la República (RPR), el partido en el que milita; el parlamentario duro con la izquierda capaz de recoger votos a su derecha; el jefe de la policía francesa, en definitiva, se ha convertido en el centro de atención después de la victoria del movimiento de los estudiantes sobre el Gobierno.El domingo, Pasqua aseguraba que todo era obra de "izquierdistas y anarquistas de todo pelaje y nacionalidad" que, según él, quieren derrocar en la calle al Gobierno. Ayer en la Asamblea Nacional, en abierta contradicción con las declaraciones de sus consocios de partido y de coalición, afirmaba que "no podía ponerse en duda la violencia de los manifestantes".
Pero estos días ha sufrido ataques incluso desde sus propias filas. Cuando aseguró ante un parlamentario de la UDF que poseía buenos informes sobre supuestas manipulaciones televisivas de las inquietantes imágenes de los provocadores, Pasqua tuvo que escuchar impotente cómo le increpaban: "¡Pues si tiene buenos informes, muéstrelos!".
En la Asamblea Nacional fue interpelado por el secretario del Partido Socialista, Lionel Jospin, y por el ex primer ministro Pierre Mauroy sobre las órdenes recibidas por la policía durante las manifestaciones.
También en la Asamblea Nacional, Pasqua acusó a la organización SOS-Racismo de participar en la violencia. Ayer por la mañana, dos militantes de la asociación antiracista fueron detenidos cuando pegaban carteles sobre Malik Oussekine, porque en su camioneta había unos palos. SOS-Racismo, que ha reiterado sus ideas pacifistas, afirma que estaban allí sólo para defenderse si eran agredidos. Los militantes no opusieron resistencia.
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