El primero tras Manuel Fraga
Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón ha alcanzado, al menos provisionalmente, su antiguo sueño de encabezar la principal alternativa de oposición al socialismo. Pese a no ser un veterano de Alianza Popular, partido en el que ingresó procedente de UCD junto con Ricardo de la Cierva y Francisco Soler, Herrero de Miñón ha sido considerado tradicionalmente como el primus inter pares inmediatamente después de Fraga -fue el miembro del Comité Ejecutivo más votado por el sistema de listas abiertas en el pasado séptimo congreso nacional del partido-. Y ello pese a que sus relaciones con Fraga pasaron por períodos de amor y odio, sucesivamente, encontrándose en la actualidad más en el segundo estado que en el primero.Próximo a cumplir los 46 años, Herrero atravesaba un bache político en los últimos meses derivado, fundamentalmente, del enfriamiento de sus relaciones con Fraga, de quien se había con vertido en uno de los principales apoyos desde el congreso de febrero.
Fue precisamente a raíz de este séptimo congreso cuando las enemistades de que siempre se ha visto rodeada la vida política de Herrero se agudizaron, llegándose a un serio enfrentamiento con el también vicepresidente Alfonso Osorio y con el entonces secretario general, Jorge Verstrynge.
Medios próximos a Herrero filtraron por entonces que la buena votación lograda por éste en el séptimo congreso fue la fuente de las inquinas en su contra. Sus enemigos replicaron que Herrero es un "oportunista", un "conspirador" y un "veleta político".
Desde que José María Álvarez del Manzano fue designado candidato popular a la alcaldía de Madrid, Herrero se colocó frente a Fraga, hasta el punto de que los principales ataques de buena parte de la guardia pretoriana fraguista se dirigían contra él en los últimos tiempos, antes que contra el crítico tradicional Alfonso Osorio. Esta situación le había colocado al borde de la dimisión como portavoz del Grupo Parlamentario Popular.
Culto, buen jurista, Herrero realizó estudios de Derecho y Filosofía y Letras en Madrid, Lovaina, Luxemburgo, París, Ginebra y Oxford. Considerado su carácter como cáustico, corrosivo, ejerció una considerable influencia en la voladura del grupo parlamentario de UCD siendo portavoz del mismo. Siempre tuvo buen cuidado de no alinearse con ninguna de las familias ideológicas de UCD, de manera que fue sucesivamente encuadrado entre los democristianos o los liberales, aunque nunca con los azules ni tampoco con los suaristas, hasta el punto de que Adolfo Suárez justificó en la rebelión de sus diputados y senadores su dimisión como jefe del Gobierno, en 1981. Su dominio de las técnicas parlamentarias le concede una buena posición de salida enla pugna que se avecina por el control del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados.
Si se exceptúa una breve estancia como secretario general técnico del Ministerio de Justicia, Herrero no desempeñó cargo alguno en la Administración. Tampoco tuvo ninguna actuación destacada a favor o en contra del franquismo, aunque se mantuvo cerca de los grupos de oposición más moderada, como los tácitos o la formación de Joaquín Garrigues Walker.
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