El PSOE reforzará la actividad parlamentaria para contrarrestar la debilidad de Alianza Popular

El Gobierno y el PSOE intentarán, a partir de ahora, redoblar la actividad parlamentaria para contrarrestar un eventual debilitamiento de la oposición conservadora derivada de la aguda crisis de Alianza Popular, que ayer se plasmó oficialmente con la dimisión de la presidencia de Manuel Fraga. "Aunque no podemos hacer de Gobierno y de oposición, intentaremos hacer un esfuerzo extraordinario para mantener a niveles altos la actividad parlamentaria", dijeron en fuentes gubernamentales. El presidente del Congreso, Félix Pons, no tenía todavía ayer notificación sobre la renuncia de Manuel Fraga a la presidencia del grupo. Según un acuerdo de la Mesa, quien sustituya a Fraga ostentará el cargo de jefe de la oposición.

El análisis que se realiza desde la dirección del PSOE respecto a las repercusiones que tendrá en el ámbito parlamentario la dimisión de Fraga es altamente pesimista. Ante una eventual languidez del Grupo Popular, los socialistas redoblarán el esfuerzo para mantener el Parlamento en unos niveles altos de trabajo y de discusión política.Una de las primeras medidas adoptadas ayer fue la de disponer numerosas comparecencias de ministros y altos cargos de la Administración en la Cámara la próxima semana. Las citadas fuentes prevén que el protagonismo de la oposición conservadora será muy inferior al habido en la anterior legislatura, que ya fue notablemente menor en los dos primeros meses de sesiones. "No es descartable un despedazamiento del grupo en febrero o, si no es así, al menos una falta de cohesión preocupante".

En el peor de los casos, los socialistas temen que el Grupo Parlamentario Popular o un buen número de diputados del mismo "se tomen esta legislatura como sabática, vengan de cuando en cuando y no participen en nada".

En este análisis, el comportamiento del Centro Democrático y Social (CDS) variaría sustancialmente, abandonando sus planteamientos radicales con la adopción de posiciones más de centro-derecha, en un intento de llegar a parte del electorado aliancista, en clara competencia con el PDP. "Hay que llegar hasta 1990. Esforzaremos la imaginación y la actividad, pero no se nos puede pedir que también hagamos de oposición", concluyeron estas fuentes.

El presidente del Congreso, Félix Pons, resaltó ayer la dificultad que entrañaba el relevo de una figura como la de Fraga. "A pesar de la dificultad, espero que la sustitución se haga de la mejor manera posible, a fin de que no se distorsione el sistema de las fuerzas políticas". Pons aseguró que hasta el momento -no se había recibido ninguna notificación sobre la renuncia de Fraga a la presidencia del grupo. La Mesa del Congreso acordó ayer que el miembro de AP que sustituya a Fraga ostentará el cargo de jefe de la oposición.

El portavoz del Grupo Socialista, Eduardo Martín Toval, resaltó que la dimisión de Manuel Fraga traería a la derecha parlamentaria cambios importantes. "Me preocupan las tensiones y los problemas de la derecha, porque, inmersa en sus problemas internos, no puede ocuparse de la gobernabilidad del país". El ministro de Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, apuntó: "Es el momento de reconocer a Fraga su trabajo en pro de la consolidación de la democracia.

La declaración del portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, se alejó notablemente de las de otros representantes políticos. "Es curioso que Fraga haya encontrado su tumba política en el País Vasco, porque hay que recordar cuando dijo que habría que pasar por su cadáver antes que legalizar la ikurriña".

Agustín Rodríguez Sahagún, portavoz del CDS, aprovechó esta ocasión para reafirmar que su partido "representa una alternativa de centro progresista, con un proyecto atractivo para los españoles". Sobre el tema en cuestión, la dimisión de Fraga, afirmó que es un problema interno en el que el CDS no quiere entrar.