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El Tesoro redujo en más de un punto el tipo de interés de los bonos

La Dirección General del Tesoro aceptó ayer, en la subasta de bonos a tres o cinco años de amortización, 210.000 millones de pesetas ofrecidos por las instituciones financieras con una fuerte rebaja del tipo de interés nominal de la emisión sobre el establecido en la anterior subasta, celebrada hace dos meses. El nuevo tipo de la emisión se ha establecido en el 8,25%, que con la prima de la subasta se coloca en el 8,50%. y que para algunos bancos y cajas puede llegar a suponer una rentabilidad del 10,10% en función de las comisiones de colocación, que pueden alcanzar el 2,70%.La emisión tuvo una oferta de dinero de 530.000 millones de pesetas, de los que se aceptaron 210.000 millones de pesetas, igual al máximo autorizado por la Administración, y que tuvo que ser prorrateada en una parte importante. Las ofertas de dinero para suscribir bonos por encima del 8,50% de tipo de interés marginal superaron los 280.000 millones de pesetas. Por debajo del tipo fijado en la subasta se ofrecían 150.000 millones de pesetas y el resto iba al marginal.

La baja de tipos de interés decidida por la Adminstración ante la oferta de dinero es muy fuerte, supera en 1,2 puntos al establecido en la subasta anterior y pone de manifiesto no sólo el deseo del Tesoro de bajar los tipos de interés, sino también el convencimiento de los inversores privados de que la baja de tipos es una realidad.

Por ello el Tesoro no ha efectuado la inicialmente prevista emisión de obligaciones a largo plazo, por encima de los 10 años de amortización, y la ha dejado para los primeros meses de 1987, cuando se confirme la reducción de la tasa de inflación. También por esto el Tesoro no realizó el mes pasado la prevista subasta de bonos, retrasándola hasta las nuevas expectativas.

Expectativas a la baja

El nuevo tipo de interés establecido en la subasta de bonos, con ofertas de dinero superiores a lo emitido para precios más bajos, lo que ha provocado que se adjudique la subasta mediante prorrateo, obliga que la emisión de deuda pública desgravable que se pondrá en circulación en los próximos días se haga como mucho al 8,5% de interés y que en las dos subastas de pagarés de¡ Tesoro que quedan hasta fin de año se produzca un fuerte recorte en su precio.La distancia que separa ahora la rentabilidad de los pagarés, a 18 meses de amortización, con la de los bonos del Estado, a tres o cinco años de vida, es mínima, poco más de tres décimas de punto, y se supone que tenderá a agrandarse en las próximas subastas. Máxime si se tiene en cuenta que los pagarés del Tesoro no tienen retención fiscal -y pueden servir de refugio al dinero negro-, mientras que los bonos pagan sus impuestos iniciales y se conoce el titular de los mismos.

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