Tranquilos

Tranquilos, todo el mundo tranquilo. Ya se lo dijo su majestad el Rey a Jordi Pujol la noche del 23F: "Tranquil, Jordi, tranquil". Todo estaba controlado. Entonces y ahora. En un mismo día se salvó la honestidad del muy honorable President de la Generafitat de Cataluña -vitalicio, supongo, después de lo que ha pasado- y también la honestidad colectiva por un procedimiento que explicaré más adelante.Los iniciadores políticos de este escandaloso bumerán han tardado dos años y medio en darse cuenta de que era un bumerán, y ahora aparecerán en la tofograflia de los santos inocentes, compartiendo sonrisa y confianza en el futuro con su presunta víctima. El papel de malos de esta historia se reserva -para los fiscales, que están como algunos pintores de cine cómico Í cuando les quitan la escalera y se quedan colgados, sin otro asimiento que el de la brocha. El día anterior al veredicto, el recién nombrado capitán general de la IV Región Militar se dejó fotografiar abrazando a Jordi Pujol, y los capitanes generales jamás se dejan fotografiar abrazando a delincuentes, ni siquiera a presuntos delincuentes. La suerte estaba echada.

. Y en cuanto a la honestidad pública, la misma noche de este día de autos TV-3 emitía la continuación de las aventuras de El gato Fritz, según la versión escabrosa y contracultural que caracteriza a este gato. Se había doblado al catalán respetando la identidad entre la imagen escabrosa y las palabras verdaderas, pero, asustados los responsables de la emisión ante el resultado, consultaron con el Espíritu Santo de los mass media autonómicos, ubicado en la Presidencia del Gobierno de la Generalitat de Cataluña. Veredicto: que pasen las imágenes, pero con subtí-tulos light, es decir, imágenes de pecado y textos de devocionario de primera comunión o de diálogo para besugos.

Algo así como Emmanuelle con subtítulos del Manual del horticultor autosuficiente. Pero tranquilos. Todo está controlado, y es preferible controlador conocido que controlador por conocer.