El plan de urbanismo de Toledo, aprobado tras 10 años de trámites

El controvertido Plan General de Ordenación Urbana de Toledo ha sido aprobado definitivamente -excepto un sector en el que está incluida la conocida como finca de Pinedo- tras un proceso que ha durado más de 10 años. La finca de Pinedo es una zona de 100 hectáreas situada a la entrada de la ciudad entre la margen derecha de la carretera de Madrid y Mocejón. Allí está prevista la edificación de 2.000 viviendas unifamiliares.Tras el período de información pública que concluyó a finales de 1985, una inesperada moción presentada por el concejal socialista Nazario Prado trastocó todas las expectativas de aprobación del plan por unanimidad de los grupos de la corporación -PSOE, PCE y Grupo Popular, del que recientemente se han desgajado los dos ediles del PDP-, gobernada por el partido socialista en coalición con el PCE. La enmienda aprobada incluía la finca de Pinedo (considerada no urbanizable en el plan) como suelo urbanizable programado.

Esta modificación provocó el desconcierto entre algunos concejales de la corporación y concretamente de los comunistas, que consideraron que la propuesta suponía una "modificación sustancial" del Plan General de Ordenación Urbana, por lo que votaron en contra.

Alterar el paisaje

La Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Castilla-La Mancha estima que la urbanización de Pinedo podría alterar el paisaje y el entorno de la ciudad, al hallarse en una zona de protección del casco histórico. Además, los responsables del Patrimonio alegan que en la zona de Pinedo, de la que es propietario un notario de Madrid, pueden existir restos arqueológicos. Ahora, a pesar de que el Plan de Ordenación Urbana, el primero que se elabora desde 1964, ha sido aprobado definitivamente por una orden de la Consejería de Política Territorial del Gobierno autónomo, el sector cuatro habrá de pasar por un período de información pública para que se presenten las alegaciones oportunas, ya que en la anterior disposición de 1985 no se incluyó la enmienda del PSOE.Este plan de urbanismo, sobre el cual todos coinciden en que necesitaba la aprobación urgente por estar muy restringido el suelo urbano, no afecta al casco histórico, que deberá ser objeto de un plan especial, y el Ayuntamiento no está preparado económicamente para afrontarlo.

Sin embargo, en la revisión realizada por la comisión regional de urbanismo se incluyen algunas premisas que sí se deberán tener en cuenta a la hora de construir en el recinto amurallado de la ciudad. Así, "no se permitirá el uso de oficinas en plantas bajas de la calle del Comercio y plaza de Zocodover", situadas en el corazón de la ciudad histórica.

A juicio del alcalde del Toledo, Joaquín Sánchez Garrido, del PSOE, la no inclusión en la aprobación definitiva del sector cuatro "no impedirá el desarrollo normal de éste", pues "jurídicamente es correcto y técnicamente posible", asegura el consejero de política territorial, Gregorio Sanz. La nueva ordenación del territorio de la ciudad permitirá construir unas 5.000 viviendas, que darán cabida a una población de más de 20.000 personas, con lo que se prevé que hasta el año 2000 la población de Toledo habrá crecido hasta llegar a los 88.000 habitantes. Ahora la ciudad cuenta con unos 60.000. La demora de este plan ha originado un encarecimiento excesivo del suelo.