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LA CAMPAÑA DE LAS ELECCIONES VASCASLos candidatos y sus pardidos / 1. CDS

"En Euskadi hay sitio para una opción de centro progresista"

Quien diga que un buen corredor de fondo debe ser delgado y fibroso es que no conoce a Jesús María de Viana y Santa Cruz, Chus para todos, un gordo adorable, extrovertido a pesar de ser vasco por los cuatro costados, descendiente directo de los padres de san Ignacio de Loyola, ex .árbitro de fútbol y ahora aspirante a la presidencia del Gobierno vasco por el Centro Democrático y Social (CDS). Viana, el único alavés que lucha por el sillón de Ajuria Enea, conoce muy de cerca el poder, de su época en Unión de Centro Democrático (UCD), a pesar de su juventud política.La verdad es que de Chus, en política, nadie sabía nada hasta hace 10 años. Hasta entonces, sus únicos poderes habían sido una vicepresidencia en un club de mercadotecnia, otra en la Cámara de Comercio y la presidencia delCírculo Vitoriano, además de recuerdo de una tía, Encarníta Viana, que fue concejala del Ayuntamiento de Vitoria en la época de Primo de Rivera.

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Junio de 1976. Habitación de una clínica vitoriana. Un paciente, un tal Viana, se repone de una apendicitis. Alguien conecta el televisor. Las 625 líneas dibujan la imagen de otro cuasi desconocido, Adolfo Suárez. "Cuando vi aquello pensé que el Rey se había equivocado", recuerda ahora Viana.

No pasaría más que un año hasta que Chus Viana formara con su amigo del alma Alfredo Marco Tabar una candidatura que se llamó independiente, foral y alavesa; ofreciera dos o tres mítines y recibiera, justo entonces, la llamada telefónica que iba a cambiar la trayectoria política de su vida. Al otro lado del hilo, Rodolfo Martín Villa. "Todo eso que defendéis vosotros, eso es UCD". Y con UCD fueron aquel junio de 1977. Viana ya estaba en el Parlamento.

A partir de ahí, el delirio. Vicepresidente del Grupo Parlamentario Centrista en la legislatura constituyente, miembro de la Comisión Permanente del Congreso, presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso, consejero de Obras Públicas en el primer Consejo General Vasco y consejero político en el segundo.

El amigo de Suárez

Son los momentos en los que las vidas de Suárez y Viana se juntan. Es curioso. Dos hombres a los que la televisión había puesto en contacto, que se conocieron fisicamente cuando el entonces candidato a la presidencia del Gobierno reunió en el palacio de la Moncloa a los números uno de UCD llegaban a cotas de amistad y lealtad dificiles en política. "Ia política nos hizo amigos. Euskadi estaba de permanente actualidad y los contactos con Suárez eran continuos. Eso hizo nacer la amistad. Se suele hablar del amiguismo llevado a lo político. Pues bien, esto fue al revés, lo que es un canto positivo a la política".Se precia de tener buenas amistades con casi todos y recuerda con orgullo cómo los nacionalistas Xabier Arzalluz y Carlos Garaikoetxea, que en un principio le veían como la bestia negra, el representante de "la bota de Madrid", fueron variando poco a poco el concepto a lo largo de la procelosa negociación del estatuto. "Se fueron descubriendo las personas a lo largo de aquella negociación. Con ambos tengo buenas relaciones humanas, cosa que no puedo decir de Benegas [candidato socialista a lendakarí]. Le tuve informado de todo cuando nosotros gobernábamos, y me ha ignorado cuando se han invertido los términos".

Tampoco Marcelino Oreja, ex ministro de Asuntos Exteriores, es, o al menos fue, santo de la devoción de Chus Viana. El hoy candidato a Ajuria Enea llegó a pedir la dimisión de Oreja cuando éste era delegado del Gobierno en la comunidad autónoma, a raíz de una invitación a Manuel Fraga, presidente de Alianza Popular. "Él le invitó como delegado del Gobierno, con el fin de poner las bases para unir UCD con AP. Y eso es una traición política. Luego, Oreja fue presidente de UCD en el País Vasco, aunque me ganó al sprint".

El paso de los años, ha tranquilizado a Viana y le ha conferido cada vez más un aspecto de hombre por encima del bien y del mal y adalid del consenso. En el fondo, un carácter arbitral. Justo lo que fue la pasión de Viana en sus años mozos. "Yo fui árbitro de fútbol. Y sigo teniendo afición. Cuando voy al fútbol, la verdad es que sigo más al árbitro que a los jugadores. Lo dejé porque me eché novia en Bilbao, la que hoy es mi mujer, porque iba todos los domingos a verla. Hoy estaría en Primera División".

Este vitoriano típico, "terriblemente comprometido con lo alavés", con la gerencia de dos empresas de carbónico a sus espaldas, quiere volver a la primera fila de la política vasca, esta vez desde el CDS, el partido que él mismo creó junto con Adolfo Suárez, José Ramón Caso y Agustín Rodríguez Sahagún. "Soy utópico realista, siempre con capacidad de sueño pero con los pies en el suelo. Soy consciente de que no voy a ser lendakari pero aspiro a ser portavoz del grupo parlamentario en el Parlamento vasco. Será el primer Parlamento autónomo sin hegemonía, por lo que habrá que buscar el consenso, y ahí nuestro talante es muy importante".

"En Euskadi hay que llegar a acuerdos, porque cuando el terrorismo golpea toda la sociedad vasca pierde. Hay que buscar lo que nos une, y no levantarnos de la mesa sólo con buenas intenciones, sino con una respuesta unánime, en bloque. Y en economía, el sector público debe v carse, porque no llega el dine de mano privada. Euskadi tie el mayor índice de paro y dro de Europa. Y hay que atacar a bos problemas de raíz".

Viana, sobre el espinoso pr blema de la ley de Territori Históricos (que reparte el poder y los recursos económicos entre el Gobierno vasco y las diputaciones), opina que hay que re petar idiosincrasias pero si debilitar lo común, y cree que es muy bueno que tras el día de elecciones no haya mayoría "porque eso posibilita el díál go". "En Euskadi es preciso llegar a acuerdos. Se está utiliza do el terrorismo con interés p tidista, como, por ejemplo, pasados sucesos sobre la Ertanzantza. Y los terroristas se frolt las manos".

Viana, de 44 años, abordo elecciones con tranquilidad. " estado en el poder. En cada crisis que había en UCD figura como candidato al Gobierno. tenemos prisa, soy corredor fondo y eso tranquiliza la acción política. En el País Vasco hay sitio para nosotros".

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