Sainz miró de reojo a Spriggs

Lolo Sainz envió a Spriggs una mirada de soslayo tras la última jugada y el hombre corrió hacia el vestuario sin despedirse de nadie. Por su afán de crear espectáculo había regalado un triple al final, en el último lanzamiento del partido, al taponarlo en pleno descenso cuando llevaba una trayectoria errónea. El público aplaudió, claro está, como en otras acciones vistosas de un jugador que ayer chupó banquillo en la segunda parte. Pero Spriggs tiene suerte porque reapareció cuando el Madrid estaba lanzado y, al final, sin merecerlo tanto, se llevó los mejores aplausos. Y una mirada del técnico, de las que atraviesan...El Magia de Huesca no mereció un resultado tan abultado por la sencilla razón de que ayer colaboró en buena medida al espectáculo. El pabellón, que otrora podía considerarse como una cancha aburrida porque el Madrid aplastaba sin dilación a un rival tras otro, tiene un cariz distinto este año: el Madrid gana, desde luego, pero con más dificultad y la gente se divierte más.

En el primer tiempo, el Magia de Huesca, que llegó a disfrutar de algunas ventajas en el marcador, puso en juego la flexibilidad de Hall y la exactitud del ex madridista Jackson. Hall fue un espectáculo, mientras Jackson se mostraba imparable -terminó este período con 22 tantos-, claro está que amparado en el flojo marcaje de Spriggs, a quien Lolo Sáinz le encuentra el defecto de no marcar demasiado bien al hombre exterior.

Tras el descanso (48-45), el técnico madridista sentó a Spriggs y dedicó a Iturriaga al marcaje de Jackson. Iturriaga cumplió porque el norteamericano sólo consiguió 6 tantos en 12 minutos. Al mando de Corbalán, el equipo mantuvo una ventaja pequeña que alcanzó los diez puntos en el minuto 30. Sin embargo, Hall y Jackson se fueron agotando y, al sentarse Corbalán por lesión, Spriggs volvió a la cancha. El Madrid ya estaba lanzado y se quedó para sí los mejores aplausos.