_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El archipiélago vasco

EL SONDEO sobre las elecciones autonómicas vascas del día 30 que hoy publica EL PAIS expresa las intenciones de voto de los ciudadanos de Euskadi una semana antes del inicio de la campaña electoral. Caso de confirmarse el vaticinio que se deduce del sondeo, el PNV seguiría siendo la primera fuerza electoral de esa comunidad autónoma, pero con un porcentaje de votos muy alejado del que le permitió asumir en solitario la responsabilidad del Gobierno tras las elecciones autonómicas de 1980 y 1984. Ello significaría, por una parte, que la escisión sufrida por dicho partido se ha transmitido a sus votantes potenciales y, por otra, que ningún partido podrá aspirar ya a gobernar en solitario.La suma de los porcentajes que el sondeo atribuye a las dos formaciones resultantes de la escisión, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Eusko Alkartasuna (EA), liderado por Garaikoetxea, es sensiblemente igual a la obtenida por el partido matriz en las autonómicas de 1984, lo que parece indicar que el electorado del nacionalismo moderado mantiene sus fidelidades básicas, por más que la ruptura acontecida le obligue a optar por una de las dos fuerzas. El Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) se mantiene como segundo partido, mejorando ligeramente su porcentaje y beneficiándose de la ruptura nacionalista para situarse apenas a tres puntos de distancia de la formación que preside Xabier Arzalluz. En 1984 la diferencia era de casi 20 puntos. El partido de Garaikoetxea, EA, se sitúa en tercera posición, bastante lejos del PNV, por más que el ex lendakari siga siendo el candidato más popular para ocupar la presidencia.

Herri Batasuna experimenta, según el sondeo, un ligero avance, aunque retrocede respecto a las legislativas de junio, siendo Euskadiko Ezkerra el partido que porcentualmente más crece (de 6 a 8 o 9 diputados). Coalición Popular, sin la presencia ahora de los candidatos del PDP, bordea el extraparlamentarismo, con una previsión de entre 1 y 3 escaños, mientras que el CDS, ausente de la Cámara vasca desde 1984, podría obtener hasta cuatro representantes.

La primera consecuencia de estas previsiones es que se acentúa la tendencia a la dispersión del voto. Para un censo de un millón y medio de personas, hasta siete fuerzas tienen posibilidades razonables de obtener representación parlamentaria. Así, lo que hasta hace poco era una situación relativamente similar a la mexicana -bien que merced a la deliberada ausencia del Parlamento de los electos de Herri Batasuna-, pasa a aproximarse al modelo italiano: dos partidos dominantes, de similares dimensiones, muy alejados ideológicamente entre sí y sin posibilidades de gobernar en solitario. Y otras cinco formaciones de dimensiones bastante menores, pero con posibilidad de jugar el papel de partidos bisagra, apoyando a una u otra de las dos principales formaciones mediante una gran variedad de combinaciones.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

La existencia de un pacto de legislatura PNV-PSOE durante los últimos meses abonaría la hipótesis de un Gobierno de coalición entre ambos, pero la fórmula es escasamente popular entre los votantes nacionalistas, que preferirían un acuerdo entre los partidos resultantes de la escisión del PNV. Esta alternativa parece poco probable, dado el grado de enfrentamiento a que se ha llegado entre los dirigentes de las dos fuerzas.

Por lo demás, la dirección del partido de Ardanza y Arzalluz ha adelantado su intención de pasar a la oposición si no logra mantenerse como grupo mayoritario y retener la presidencia. Pero el sondeo abre posibilidades, matemáticamente al menos, a otras hipótesis, como, por ejemplo, la de un acuerdo tripartito entre el PSOE, Euskadiko Ezkerra y el partido de Garaikoetxea.

El estudio además ofrece otros datos de interés, como el de que la mayoría de los vascos que se pronuncia sobre la cuestión, incluyendo los votantes nacionalistas, no percibe diferencias políticas significativas entre las dos formaciones escindidas, lo que equivale a considerar injustificada la ruptura. Pero quizá el dato más interesante, al margen de este pronóstico electoral, es que solamente cuatro de cada cien vascos piensan que la violencia puede ayudar a resolver los problemas de Euskadi, valoración que comparte el 88% de los votantes de Herri Batasuna.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_