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Arnoldo S. Torres

Defensor del español en California, prosigue su lucha en favor de los hispanos

Arnoldo S. Torres, 32 años, uno de los más destacados críticos contra la enmienda constitucional que convierte al inglés en la lengua oficial de California, se niega a reconocer que la lucha en la que está inmerso esté perdida. Tras la derrota, la semana pasada, en el referéndum que ofreció resultados abrumadoramente favorables a la oficialidad del inglés, se declara dispuesto a continuar su lucha en favor de los hispanos desde las trincheras de la legislación. Nieto de mexicanos, Torres es norteamericano de nacimiento; esto es, hispano.

Su mestizaje cultural lo hace extraño a la sociedad estadounidense, que no lo ve como uno de los suyos, pero también a la sociedad mexicana o a la latinoamericana en su conjunto. A pesar de ello, sigue batiéndose para incrementar la conciencia política de los hispanos en Estados Unidos, y con ese objetivo se propone crear en Washington un Instituto de Estudios de Liderazgo y Política.Probablemente es fruto de esa incómoda situación psicológica el que ya desde que estaba en el colegio tuviera Torres una actividad pública de representación de los intereses de los demás. Después del colegio vino la Universidad, y desde allí su primer trabajo en Washington junto a un congresista, cuando tenía 21 años. A partir de entonces empezó una febril actividad en California y en Washington que le ha llevado a ocupar la dirección de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos. "De 1979 a 1985, hicimos más trabajo que en toda la historia", dice. "Conseguimos que se conociera el punto de vista hispano sobre la política nacional y exterior".

Veinticuatro horas diarias de tensión política durante seis años alcanzaron sus crisis en el desierto mexicano. "Íbamos a conocer el pueblo donde nació mi abuelo y nos perdimos en el desierto. El coche, además, se quedó atascado. No teníamos agua ni comida. Según iba andando me di cuenta del significado de las cosas. Cambió mi vida". Pero también había diferencias políticas con la dirección de la Liga que lo llevaron a la ruptura. Desde 1985 trabaja como experto independiente en asuntos hispanos.

Su objetivo inmediato es hacer frente a la legislación que se va a presentar en detrimento del uso del español en organismos oficiales. "La tarea es muy difícil para nosotros. Ellos tienen el 73% de los votos y van a usarlos. Pero no van a tener el éxito que esperan. Vamos a preparar una estrategia legislativa para ganarles".

Torres cree que uno de los principales motivos del atraso social de los hispanos en Estados Unidos es la falta de comunicación entre las distintas comunidades. "No hay diálogo en la comunidad latina. No nos hablamos. Nos conformamos con lo mínimo. El gringo sabe eso y lo explota".

Cuando pasa revista a la situación, Torres no deja títere con cabeza y se remonta a la historia para fundamentar su orgullo racial y cultural. "Fíjese en la historia de la gente latina. Los españoles tuvieron un imperio. ¿No podemos estar orgullosos de ello? Los aztecas y los incas fueron grandes imperios. La contribución de todos ellos a la cultura de hoy es increíble, y tenemos que estar orgullosos. Este hemisferio es nuestro. Los gringos vinieron acá y nos ignoran". Es más: "Yo me he sentido discriminado muchas veces. La discriminación es muy sutil. Te dicen que eres muy inteligente para ser latino. Nunca esperan que un hispano sea capaz de hacer determinadas cosas, y te tratan en consecuencia".

A pesar de lo que él considera una profunda alienación de los hispanos, Torres conserva la fe, y se muestra como un voluntarista indómito. "Lo importante no es si ganamos o perdemos, sino si hacemos lo posible para conseguir los objetivos"

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