Las tarifas aéreas no bajan de precio por discrepancias en la CE

La posibilidad de que las tarifas aéreas de los países miembros de la Comunidad Europea (CE) registren un abaratamiento como consecuencia de la liberalización del mercado resultó fallida al no llegar a un acuerdo los ministros de Transportes de los doce, que se separaron ayer en Bruselas al término de dos días de reunión. La liberalización del transporte aéreo en Europa era uno de los principales objetivos de la actual presidencia británica de la Comunidad, que concluirá en diciembre. El titular británico de Transportes, John Moore, no disimuló su "decepción" por no haber conseguido sentar las bases para "poder dar un primer paso que permita liberalizar completamente ese mercado en 1992 y ofrecer así un mejor servicio a los usuarios".

Los ministros comunitarios habían logrado un relativo consenso respecto al precio de los bílletes de avión, especialmente en lo que concierne a la autorización de nuevos descuentos, que oscilarían entre el 10% y 35% (reducida) y el 35% y 55% (superreducida) sobre la actual tarifa económica, pero las discrepancias surgieron cuando intentaron definir los requisitos que darán derecho a estas rebajas, como la duración de la estancia en el punto de destino, compra anticipada del billete de viaje y vuelos en días de temporada bajaLos 12 ministros se pusieron de acuerdo sobre el reparto de la oferta de asientos entre las líneas aéreas en vuelos intereuropeos. El acuerdo fue el siguiente: en la actualidad, la oferta en un mismo trayecto se reparte al 50% entre una compañía nacional y las compañías extranjeras; a partir de ahora y durante dos años, la proporción será del 45% para la nacional y el 55% para las extranjeras; en el tercer año, los porcentajes serán de un 40% y un 60%. El tercer punto del lote presentado por el Reino Unido, el acceso al mercado, enfrentó aún más a los asistentes al Consejo, que en su mayoría rechazaron pernútir enlazar libremente aeropuertos de primera categoría de la CE con otros regionales de segunda y tercera categoría.

La única vía que permanece abierta es el recurso al Tribunal de Justicia, ante el que podrían ser denunciadas las compañías que infrinjan la legislación sobre la libre competencia.

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