Un socialista contra el presidente de la española
Eduardo Herrera, nacido en Córdoba hace 35 años, pero criado en Sevilla, se ha erigido en las vísperas del España-Rumanía en la contrafigura del presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF), José Luis Roca. Herrera es, al tiempo que presidente de la Federación Andaluza, concejal de Sevilla por el PSOE, partido en el que milita desde 1979.Eduardo Herrera, ATS en excedencia, llegó a la presidencia de la Federación Andaluza tras las primeras elecciones regidas por la legislación autonómica. Antes había sido presidente de dos equipos del fútbol modesto, primero del Alianza y posteriormente del Bellavista. De ahí pasó a ser vicepresidente durante dos años en la directiva de su antecesor en la Andaluza, Ginés López Cirera.
Para llegar a la presidencia, Herrera realizó una completísima campaña electoral y consiguió el apoyo casi unánime del fútbol base andaluz. Su experiencia como concejal socialista del Ayuntamiento de Sevilla le sirvió en su marcha hacia la presidencia, aunque el propio Herrera indica: "Nunca he sido un militante excesivamente activo; en la municipales fui el 21 de la lista". El apoyo de los clubes grandes sólo le interesó al final.
Una vez en el cargo, Herrera comenzó una tarea que le ha llevado a enfrentamientos constantes con la FEF y con Roca. Su condición de socialista creó desde el principio un sentimiento de recelo en la Federación Española, y más a raíz de que criticara, con ocasión del Barcelona-Steaua de Bucarest, final de la pasada Copa de Europa y que se disputó el Sevilla, el dispendio la Federación Española de 1.500.000 pesetas en una comida oficial. Desde que Herrera está en el cargo la Federación Española le ha regateado sistemáticamente a la Andaluza las subvenciones, que han llegado siempre con retraso. El primer enfrentamiento fue en mayo pasado, cuando Herrera propuso una gestora en el Colegio Andaluz de Arbitros para sustituir a la antigua directiva, que estuvo un año sin convocar elecciones. Roca y José Plaza, presidente este último del Colegio Nacional de Árbitros, le amenazaron con represalias si lo hacía.
La resistencia de los antiguos dirigentes arbitrales andaluces desembocó en el expolio de los archivos y documentación de la delegación territorial.
El segundo choque serio se produjo el 30 de junio de este año, cuando la FEF transfirió a las territoriales la Mutualidad de Futbolistas. Esta cesión se producía con las deudas acumulada de temporadas anteriores, que el el caso de la Andaluza alcanza los 43 millones de pesetas.
La batalla estalló de forma definitiva con la decisión de la Federación Española de marginar a la Andaluza de la organización de los dos choques España-Rumania, el de selecciones absolutas y el de sub 21, que se juegan hoy en Sevilla y Córdoba, respectivamente.
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