Transworld Inc. retira los poderes a Hans Langner y acepta la venta de sus acciones en HASA y Huarte al grupo español
Los acontecimintos en el pleito que tiene lugar en torno a la titularidad de Hispano Alemana de Construcciones (HASA) y Huarte se han precipitado. La junta general de Transworld Construction Inc., grupo que controla el 90% de las acciones de HASA y un porcentaje minoritario en Huarte, reunida en el Estado de Delaware, EE UU, ha acordado desposeer de sus poderes a Hans Larigner, hasta el pasado 7 de octubre consejero delegado de HASA, y aceptar la transmisión de las acciones del grupo en ambas empresas constructoras a la sociedad Transworld Construction SAE, propiedad al 50% de la sociedad Aristos y del inversor mexicano Juan Fernández Montreal.Aristos es una consultoría madrileña constituida por José Joaquín Barneto, Joaquín Casasús y Alejandro Fernández Sordo. Este trío protagonizó en la reunión del Consejo de HASA del pasado 7 de octubre un espectacular golpe de mano, nombrando dos nuevos consejeros y destituyendo a Hans Langner de su puesto de consejero delegado de la constructora, en un intento por invertir la situación caótica de la firma desde la llegada de Langner.
La posición de Hans W. Langner era precaria después de que el 30 de septiembre el grupo mayoritario que él representano hubiera podido devolver los 128,5 millones de pesetas que adelantaron los socios minoritarios españoles, para hacer frente al primer pago aplazado debido a la Administración por la compra de HASA. La cifra debió ser adelantada el 1 de agosto por la Transworld española, que, a cambio, se garantizó pignorando las acciones del grupo extranjero en HASA y Huarte y dando un plazo de dos meses para deshacer la operación. Como el 30 de septiembre Langner no pudiera reunir la cantidad referida -en realidad el 90% de los citados 128,5 millones- el grupo español anunció la pignoración de esas garantías.
Esa operación, sin embargo chocó con el problema legal de que, al no cotizar HASA en bolsa, era preciso acudir a subasta pública ante notario, a tenor de la ley de sociedades anónimas. Ambas partes parecían así condenadas a la negociación. Sin embargo, de acuerdo con los términos del contrato-prenda firmado entre las partes antes el 1 de agosto, el prestamista -la Transworld española- tenía otra opción, además de poder ejecutar la pignoración, consistente en adjudicarse en pago las acciones, valorándolas en 1,5 millones de dólares.
La escapada
La clave consistía entonces en conseguir que Hans Langner se aviniera a la transmisión de las acciones y otorgara los vendís ante el correspondiente agente de cambio y bolsa. Pero desde el pasado día 14, cuando todo parecía atado, Langner inició un curioso juego del gato y el ratón, desapareciendo de Madrid y llamando por teléfono cada día desde un lugar distinto de Europa.Langner, sin embargo, subestimó la capacidad de maniobra del trio de socios españoles. El viernes, 17, Joaquín Casasús voló a Nueva York donde se entrevistó durante ocho horas con Gerald Gidwitz y su estado mayor llegados desde Chicago. Allí se fraguó el acuerdo. Tfansworld Inc. convocó consejo y, al contar con la anuencia de más del 60% de los votos, junta universal de la entidad. La próxima semana, sus representantes llegarán a Madrid a firmar el acuerdo. Cobrarán su escaso medio millón de dólares y la pomposa Transworld Construction Inc. pasará a mejor vida.
El acuerdo quedará entonces a, falta de la aprobación del Patrimonio del Estado, paso preceptivo de acuerdo con los términos del contrato de compraventa de HASA. La construtora iniciara así una nueva vida.
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