Pilar Miró se impuso en RTVE contra la ofensiva de Guerra
La dilación en el nombramiento del sustituto de José María Calviño al frente de RTVE ha dejado entrever en las últimas semanas claras divergencias del entorno del vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, con la decisión del jefe del Ejecutivo, Felipe González, al encomendar éste, personalmente a alguien de su confianza, como es Pilar Miró, la dirección del Ente Público.Las discrepancias entre Guerra y González sobre Calviño y el funcionamiento de RTVE vienen de lejos. A mediados de 1984, coincidiendo con las primeras in formaciones sobre la posible implicación de Jordi Pujol en el caso Banca Catalana, González requirió a Pilar Miró para que se hiciese cargo del Ente Público. La recién nombrada directora general de Cinematografía convenció a su amigo el presidente para que la dejara en su puesto.
La solicitud de ayuda del presidente a Miró se producía apenas unos meses después de la destitución de José Luis Balbín como responsable de los informativos de TVE por el escándalo del veto a Alonso Puerta en el programa La clave.
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