Montreal aún no ha terminado de pagar sus deudas de 1976
La experiencia de los cuatro últimos Juegos de Verano -Múnich, 1972; Montreal, 1976; Moscú, 1980, y Los Angeles, 1984- deterraina que los promotores de Barcelona 92 consideren que, con una buena organización, este tipo de empresa no tiene por qué ser ruinosa.Moritreal (Canadá) es el ejemplo negativo, con un déficit de 40.000 míllones de pesetas, y Los Ángeles (EE UU) el positivo, con un superávit de 38.000 millones. Múnich (RFA) y Moscú (URSS), con dos modelos organizatívos distintos, pero con criterios de financiación no tan dispares, solventaron sus papeletas sin sobresaltos.
Contra lo que generalmente se piensa, la príncípal fuente de ingresos de los JJ OO -ver cuadro adjunto- hasta ahora no han sido los derechos de televisión, aunque éstos dieron un salto espectacular en Moscú (al pasar de los 48,4 millones de dólares de Montreal, a 247 millones).
Al margen de las inversiones que el sector público realiza directamente con cargo al bolsillo del contribuyente, el principal ingreso de los juegos son las ventas de monedas -el caso de Múnich- y de lotería, un gran éxito de Moscú. La venta de entradas y las licencias de imagen suponen también una, importante fuente de recursos; en lo segundo, Los Ángeles duplicó lo obtenido en las anteriores sedes.
El alcalde de Montreal, Jean Drapeau, había dicho que sería tan difícil que sus juegos tuvieran déficit como que un hombre quedara embarazado, pero luego tuvo que afrontar un gran fracaso económico por la conjunción de diversos problemas. El principal, que tuvo que construirse una plataforma de cemento para edificar sobre ella el estadio, porque el suelo elegido se hundía.
Pero Montreal también fue una ruina porque sus juegos coincidieron con los encarecimientos generales de la segunda crisis del petróleo y porque una huelga de la construcción -a un mes de la inauguración- disparó los costes.
Montreal tiene previsto terminar de pagar sus facturas de 1976 en el aflo 1995. Para eritonces habrá enjugado su déficit de 40.000 millones de pesetas.
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