El grupo Zeta compra al BCI la mayor parte de los activos de Bruguera
El grupo Zeta, editor del diario El Periódico y de las revistas Tiempo, Interviú, Dinero, Hombre de hoy, La Revista, etcétera, compró anoche al Banco de Crédito Industrial (BCI) la mayor parte de los activos de la editorial Bruguera. Según fuentes de los vendedores, con los activos adquiridos, el grupo Zeta pondrá en marcha una nueva editorial a través de su sociedad Ediciones B, SA.Los activos adquiridos son los que en su día se adjudicó el Banco de Crédito Industrial de Bruguera. Se trata principalmente de los stoks y el fondo editorial de Bruguera, que incluye las cabeceras de numerosas publicaciones, según manifestó ayer José: Luis Erviti director de Publicaciones del grupo Zeta. Entre los bienes adquiridos no figuran innixiebles de Bruguera ya que aún no se ha realizado la transmisión de los afectados al BCI y, por tanto, esta entidad no puede disponer por el momento de los mismos.
Precio vivo
El precio de la compraventa depende del grado del cumplimiento de las numerosas y complejas cláusulas que regulan el contrate. José Luis Erviti manifestó que se, tratataba de "un precio vivo" que no se podía precisar por depender de las numerosas partidas afectadas.Fuentes del BCI precisaron ayer que mediante la explotación por el grupo Zeta de estos activos se contribuye a mantener una parte importante del acervo cultural español. "El BCI" añaden las mismas fuentes, "cumple así con su compromiso de facilitar a través de una empresa editora perteneciente al grupo Zeta, la permanencia en el mercado de unos títulos bien conocidos y prestigiados entre los lectores españoles".
Entre las publicaciones personajes literarios más importantes que han configurado el prestigio de Bruguera figuran Capitán Trueno, Búfalo, Bisonte, La Conquista del Espacio, Mortadeló y Filemón, Pepe Gotera y Otilio, Anacleto, el Botones sacarino, Zipi y Zape y Rompetechos, entre otros.
La crisis de Bruguera cistalló con la supensión de pagos presentada en 1982. La administración aportó a la empresa ritás de 10.000 millones en ayudas de distinto tipo que fueron desaprovechadas por la mala gestión de la dirección, entre cuyas actuaciones más disparatadas cabe destacar la venta de la empresa al uruguayo Leo Antúnez.
También fracasé el intento de reflotar la empresa a través de una Sociedad Anónima Laboral que acabó disolviéndose por acuerdo del 90% de sus 700 socios. Unos 70 trabajadores que rechazaron el acuerdo y proyectaron nuevas alternativas entre las que se contempló la venta, de la editorial a José María Ruíz Mateos. El pasao cinco de octubre siete de estos trabajadores iniciaron una huelga de hambre en señal de protesta. Uno de ellos ha tenido que ser hospitalizado.
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