_
_
_
_
LA CITA OLÍMPICA DE LAUSANA

La invasión pacifista de Lausana

J. M. La presencia de los cinco anillos olímpicos en hoteles, calles y centros públicos es una constante en Lausana, una ciudad de 200.000 habitantes con la mesura característica de Suiza. Estos días la capital del cantón de Vaud, construida de forma escalonada en un intento vano de que todos sus habitantes disfruten del sedante visual del lago Leman, se apresta a una invasión pacífica. Sus invasores, procedentes de 13 ciudades, entre ellos los barceloneses, no quieren provocar las iras de las gentes del lugar: la invasión es en son de paz para llevarse a su casa el más preciado tesoro de que dispone la ciudad, la concesión de los Juegos Olímpicos de 1992.

Lausana pasó a la historia gracias a la conferencia que lleva el nombre de la ciudad, celebrada en 1932 y en la que se anularon las reparaciones de guerra. Casi 20 años antes, sin embargo, el Ayuntamiento de la ciudad había tomado una decisión que en aquel momento pasó desapercibida, pero que ahora explica las razones por las que 1.000 periodistas de todo el mundo deambulan por la ciudad a la espera de la feliz noticia.

Más información
Barcelona inicia su ofensiva final de promoción de para ser sede de los Juegos de 1992

El 10 de abril de 1915 se firmó el acuerdo por el que la. ciudad de Lausana se convertía en sede social y administrativa del incipiente movimiento olímpico. Hace escasos meses, el actual Ayuntamiento, presidido por el síndico Paul René Martin, un radical que gobierna con el centro derecha, hizo pública su pretensión de que la capital del Vaud se convirtiese también en sede del olímpisnio mundial al presentar su candidatura a los Juegos de Invierno de 1996.

Acercamiento a París

Cuando el barón de Coubertin descubrió esta apacilible ciudad instalada al borde del Leman en la zona francesa de Suiza, hacía muy pocos años que Lausana se había acercado a París y a Milán gracias a la apertura del túnel de Simplon que permite la conexión de estas dos importantes capitales por carretera.

La ciudad helvética, famosa por sus médicos, su universidad y las industrias, alimentarias instaladas en las cercanías de la misma, había entusiasmado al padre del nuevo olimpismo tanto por su privilegiada ubicación geográfica como política. A primeros de siglo la situación internacional, pero también la del propio Comité Olímpico Internacional (creado en 1894), reclamaba un feudo seguro.

El barón de Coubertin hizo un primer intento al convocar el Congreso de Psicología Deportiva en 1913 en la ciudad. En dos años convenció a sus colegas de que las tranquilas aguas del Leman eran el mejor puerto para el barco olímpico.

La Confederacíón Helvética ha reconocido al COI y la dirección de la familia olímpica está dispuesta a permanecer eternamente aquí. El próximo domingo se inaugurará la nueva sede del Comité, Olímpico Internacional, en Vidy, al lado mismo del antiguo y vetusto caserón que hasta ahora ha servido de sede a la dirección del comité.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_