La banca "ni siquiera ha analizado" la propuesta de Alianza Popular de obtener una moratoria de su deuda

La propuesta de Alianza Popular (AP) de lograr una moratoria en el pago de la deuda electoral contraída con los bancos españoles, cifrada en unos 1.200 millones de pesetas, no ha sido "ni siquiera analizada" por las entidades, según declararon fuentes bancarias, que reconocieron, no, obstante, que Alberto Ruiz Gallardón, secretario general de AP, y Angel Sanchís, encargado de las finanzas del partido, habían hecho esta oferta hace algunos días. La presencia en España del presidente de Venezuela, Jaime Lusinchi, impedirá, casi con toda seguridad, que se celebre el miércoles el previsto almuerzo de presidentes de los siete grandes bancos.

Los máximos responsables de Alianza Popular propusieron hace unos días al presidente de la patronal bancaria AEB, Rafael Termes, y a algunos presidentes de los grandes bancos nacionales la posibilidad de estudiar una moratoria en el pago de la deuda contraída con estas instituciones con motivo de las elecciones legislativas del pasado 22 de junio. La propuesta de moratoria consistía en que Alianza Popular pagaría tan sólo el 25% de las subvenciones recibidas del Estado por grupo parlamentario y por el número de votos recibidos y que se quedaría con el 75% de dichas cantidades para el mantenimiento del partido y de la actividad parlamentaria. Alianza Popular tiene otorgados como garantía de los créditos recibidos la práctica totalidad de las subvenciones estatales a que tiene derecho.Reuniones con los bancos

Fuentes del sector financiero reconocieron que el secretario general de Alianza Popular y el encargado de finanzas mantuvieron reuniones con el presidente de AEB y con alguno de los presidentes de los bancos para exponer la situación financiera por la que atraviesa AP y proponer una moratoria. La respuesta de los grandes bancos todavía no se ha producido, aunque en medios del sector se señala que será muy difícil llegar a algún acuerdo de este tipo de manera uniforme. La posición oficial de la banca en la actualidad es que los partidos políticos que recibieron créditos electorales contra garantías firmes en función de las subvenciones a recibir deben "dejar de impedir que estos fondos lleguen a los bancos" y que, después, "cada partido que necesite financiación la discuta con cada uno de los bancos"

"Estamos en otra campaña", señalaron fuentes de uno de los grandes bancos, quienes afirmaron que "ocurre lo mismo que en la agricultura. Se financia la campaña de cereales y luego puede tener que hacerse lo mismo con la de la remolacha o cualquier otro producto; pero se trata de otra campaña". Por ello la moratoria solicitada por Alianza Popular tiene pocos visos de prosperar de manera formal, aunque no se descarta que algunos bancos, o banqueros, traten de ayudar a esta organizacion política. También es posible, señalan algunos banqueros, que Alianza Popular se decida a declarar la moratoria en el pago de forma unilateral, "como lo ha hecho algún país latinoamericano", pero ello introduciría factores indeseables para todas las partes, ya que Ias elecciones municipales y autonómicas están cerca".

Por otra parte, aumenta la impresión de que cada vez va a ser más difícil introducir las cuestiones políticas en las conversaciones que se mantienen cada vez que se reúnen los presidentes. El almuerzo previsto para el próximo miércoles tiene todas las posibilidades de no celebrarse porque coincide con la invitación que el presidente de Venezuela ha hecho a los presidentes de los grandes bancos y porque algún presidente ya ha anunciado que le será imposible asistir.

La situación financiera a la que parece ha llegado el hasta ahora principal partido de la oposición -el presidente provincial de Alianza Popular en Cádiz, Miguel Arias Cañete, afirmó ayer que la situación económica de su partido en la provincia era de "trágica bancarrota"- y las noticias sobre estas dificultades esconden, a juicio de algunos de los principales financiadores de esta formación política, los otros problemas internos que existen en su seno y que no auguran un final feliz. Para unos banqueros, se trata "del inicio del fin de la actual estructura de la derecha", mientras que otros, más duros, señalan que no es "el principio del fin, sino el fin mismo; el fin de una época, die unas personas, que deben tener sustitutos a medio plazo".