Música bajo tierra
Los empleados del 'metro' de Estocolmo cantan en Madrid
Ciento treinta personas pertenecientes a la Orquesta y Coros de los Transportes Públicos de Estocolmo actúan esta semana en Madrid, invitadas por la Compañía Metropolitano. "El metro de Madrid funciona muy bien, aunque el primer día nos montamos en la línea 1 y bueno...", dice uno de los integrantes del coro masculino. Son empleados de la Compañía de Transportes de Estocolmo, que dedican dos horas semanales a ensayar y que interpretan dentro del metro.
La directora de los coros mixto y femenino, Birgitta Magnuson, dice: "A la gente, aunque vaya con prisa, le resulta agradable escucharnos". Después comenta que Madrid es lo bastante grande como para no conocerla en una semana; aun así le ha sorprendido gratamente su urbanización.En la sala San Pol, cerca de San Antonio de la Florida, lugar bien alejado de las bocas del metro, dieron el martes un recital de dos horas y media ante unas 200 personas. La orquesta y los tres coros -vestidos casi todos con trajes azul celeste, con gorra las mujeres, flanqueados a los lados por un hombre y una mujer portando inmóviles la bandera de Suecia- interpretaron canciones suecas, americanas, francesas; incluso se atrevieron con el folclore hispano y cantaron Ya se van los pastores a la Extremadura. Al final una señora del público reclamó a los concertistas suecos un pasodoble. "Para que nos vayamos con alegría", dijo.
La capital de Suecia, ciudad de millón y medio de habitantes cuenta con 13.000 trabajadores en la empresa de líneas de metro y autobús; 1.800 autobuses con 10.000 paradas y un millar de vagones con 95 estaciones de metro completan la red de transportes de la ciudad. La afición por la música es general en el país. Cuatrocientas mil personas, de un total de ocho millones, cantan en coros.
La orquesta, compuesta por 30 miembros, fue fundada en 1906, y su lugar de actuación habitual es el metro de Estocolmo, un día a la semana. "La música", apunta su director, Harry Sernklef, "ayuda a los trabajadores a relajarse después de su jornada laboral. Es también un acicate social, para crear solidaridad entre nosotros. La gente se junta para cantar".
El coro femenino lo forman 30, trabajadoras; el masculino 40, la mayoría de los cuales se dedica a reparar los autobuses y vagones del metro en los talleres centrales de la compañía. Todos participan en el coro sin afán de lucro.
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