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COMPETICIONES EUROPEAS DE FÚTBOLCOPA DE EUROPA

El Real Madrid resolvió en ocho minutos

El Real Madrid resolvió en ocho minutos, en los que hubo momentos en los que desarrolló un fútbol de ensueño, un partido que el Young Boys le presentó muy complicado. Durante 73 minutos el Madrid jugó desconcertado, sin apenas capacidad ofensiva y ofreciendo ventajas detrás, por lo que incluso hizo temer por su clasificación. Pero, cuando alcanzó el segundo tanto, desencadenó unos instantes inolvidables, con Michel y Butragueño protagonizando un fútbol inmejorable.El Madrid salió con Santillana en el eje del ataque y Butragueño y Hugo Sánchez abiertos hacia las bandas. Se trataba de una alineación ofensiva que pretendía contrarrestar el presumible cerrojo del equipo, suizo. La verdad es que no funcionó.

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El partido quedó planteado de tal forma que Michel, pegado a la banda derecha, quedaba desconectado del juego de los compañeros y muy pendiente de las salidas hacia el ataque de Gertchen; en la otra banda, Gordillo seguía lejos de su mejor tono, y, entre ambos, ni Valdano ni Sanchis eran capaces de marcar el ritmo que el conjunto necesitaba. Con todo eso, el Madrid jugó durante tres cuartas partes del encuentro de: forma desorganizada, completamente desconectado del juego, y, aunque presionaba sobre el área contraria, ello se debía principalmente a que el Young Boys cedía metros de forma voluntaria, no a que impusiera su fútbol. El Young Boys esperaba detrás y el Madrid transitaba el medio campo aceleradamente, sin reposar la jugada y entregando mal el balón a sus delanteros.

El cuadro helvético hacía recordar una vieja verdad del fútbol: por malo que sea un equipo, siempre está compuesto por once jugadores. Y, cuando todos o muchos de ellos se juntan en el área, son verdaderamente difíciles de superar. El Madrid, confuso como estaba y distanciado del estilo de juego que suele practicar, intentaba diversas maneras de entrar en ella, pero todo se hacía de forma desajustada, sin inspiración y ofreciendo ventajas al defensa contrario.

Al tiempo, y por tanta insistencia en el ataque, ofrecía de cuando en cuando resquicios para el contraataque del Young Boys, cuyo juego siempre pasaba por las piernas de su chaparro y casi calvo número 10, Prytz, un buen armador del medio campo que sabe mover el balón hacia la zona en la que mejores posibilidades tiene su equipo. Los dos hombres de más arriba, Zuffl y Lunde -retrasado a la media punta siempre uno de ellos-, solían bascular juntos hacia una banda y por la contraria aparecían en busca del pase d Prytz bien Gertchen, por la iz quierda, bien Bammer, por la derecha, y su jugada terminaba cas indefectiblemente en un pase al se gundo palo. Entre esto y algunas actitudes inseguras de Buyo, el Young Boys estuvo durante más de una hora rozando el gol.

El Madrid alcanzó un tanto en la primera mitad gracias a la única jugada precisa y perfecta que consiguió ligar. Fue el gol número 46 de Santillana en competiciones europeas. Ya sólo le separan tres de la marca de Di Stéfano.

En la segunda parte no se arreglaban las cosas. Incluso comerizaban a hacerse más frecuentes las ocasiones del equipo suizo., hasta el punto de ofrecer a Buyo la, oportunidad de salvar con alguna buena parada sus anteriores actitudes inseguras. Y ya se preguntaba el público cómo iba a acabar aquéllo cuando, en el minuto 73, Valdano remató la segundajugada, impecable de su conjunto.

Y, ya animado el Madrid ante la evidencia de que la eliminatoria. estaba encarrilada y obligado el Young Boys a despejar un poco la parte de detrás, a partir de ese se.gundo gol todo cambió y el equipo blanco regaló unos minutos de ensueño. Michel, perdido para el juego de ataque durante tanto rato proporcionó tres goles, los dos illtimos en perfectas entregas a Butragueño que explicaron hasta quépunto se compenetran estos dos jugadores. Beenhakker, que con el 2-0 había sustituido a Santillana por Solana, decidió hacer entrar a Martín Vázquez -jugador, desde luego, necesitado de apoyo moral- para que participara de la fiesta. Pero tuvo la mala ocurrencia de sustituir a Michel, que era. el gran animador del juego en esos momentos. Y con Michel se escapó el prodigioso fútbol que estaba haciendo el Madrid en esos momentos.

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