La reforma de las plazas madrileñas reducirá un 10% sus zonas de tierra
Madrid El programa de mejora ambiental en nueve plazas de Madrid supondrá una pérdida de algo más del 10% en sus zonas terrizas, según los datos aportados en un folleto a cuatro colores que entregó a la Prensa Jesús Espelosín, concejal responsable del área de Urbanismo e Infraestructuras. Espelosín, en dicho acto, rechazó las críticas que se hacen sobre la excesiva introducción de cemento en la reforma de las plazas.
El folleto recoge la reforma que se ha hecho, se está haciendo o se acometerá en un futuro próximo, en las plazas de Carlos Cambronero, Chueca, Ramales Santiago, Biombo, Cuesta de la Vega, Paja, Tirso de Molina y Lavapiés.La superficie de estas plazas se eleva, antes de la reforma, a 32.868 metros cuadrados, de los que 24.116 son de aceras y zonas pavimentadas para transeúntes y 8.752 metros cuadra dos son zonas terrizas.
Con la misma superficie total tras la reforma quedarán 27.573 metros cuadrados de aceras y zonas pavimentadas y 5.295 metros cuadrados de zona terriza. Esta pérdida de 3.457 metros cuadrados de zona terriza se debe especialmente al tratamiento que se hará en la plaza de la Cuesta de la Vega, pues el solar donde se levanta la muralla árabe dividirá sus 5.232 metros en 2.936 metros de zona pavimentada y 2.296 metros cuadrados de zona terriza.
Las plazas de Carlos Cambronero, Ramales, Santiago, Biombo y Lavapiés, que no contaban con un solo metro de zona terriza, mantendrán esta situación. La de Chueca, que posee 535 metros cuadrados, seguirá con los mismos y la de Tirso de Molina, que antes de la reforma tenía 1.485 metros cuadrados de zona terriza, perderá más de la mitad al quedar con 727.
Protesta de vecinos
Únicamente la plaza de la Paja, cuyo proyecto original tuvo que ser revisado ante las protestas de los vecinos, incrementará su espacio de tierra: de los 1.500 originales pasará a 1.737 metros cuadrados.
La polémica surgida durante .la realización de algunas plazas, como las de Chamberí, Dalí o Sol, ha hecho que los responsables de la Gerencia Municipal de Urbanismo se replanteen su política de reforma de plazas.
El deseo municipal de evitar que la plaza sea una continuidad de la calle a base de dotarla de unas características propias chocó con la voluntad de los vecinos de mantener la tradicional imagen o dar un aire menos frío.
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