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Margaret Avery

De la palabra 'freckles' a 'El color púrpura'

Andrés Fernández Rubio

Hay una palabra, freckles (pecas), que es importante en la vida de la actriz y cantante negra Margaret Avery. Y no es de extrañar. Hace 15 años la repitió decenas de veces frente al espejo. Entonces era una joven con ansia de triunfo, y en un telefilme le dieron un papel de una palabra. Llegó nerviosa al plató, se enfrentó a la cámara y pudo con ella. "¡Pecas!". Detrás del artefacto se encontraba un joven director ambicioso. El mismo cuyo nombre es, 15 años después, una clave del cine moderno, Steven Spielberg. Con él ha vuelto a trabajar Margaret Avery, ahora en un papel protagonista, en El color púrpura.

Avery es en esta película Shug Avery, una cantante de blues que es la amante del brutal marido de la actriz principal, a la que ayuda a liberarse de la tiranía machista. "Tengo el mismo apellido que mi personaje", dice. "Tuve la sensación supersticiosa de que el papel iba a ser para mí por esta causa". La coincidencia fue un asidero para mantener su ilusión.Margaret Avery es una mujer muy guapa y elegante, de una gran simpatía. Nació en San Diego, California, y no quiere decir su edad. Callarse este dato, que en muchos personajes es una pose gratuita, en el caso de Avery no tiene visos de afectación. Guarda el secreto y muestra a cambio una sonrisa que en realidad compensa.

Avery estudió para ser maestra, y, de hecho, piensa dedicarse a los niños cuando pueda. En su infancia iba al cine, pero en las películas sólo veía a negras gordas que además hacían de criadas y eran fieles en un sentido muy servil. Ella, que se fascinó por las historias de la pantalla, cuenta la extrañeza que esto le producía. "Me decía a mí misma: ¿es que tengo que ser así para poder trabajar en el cine?".

Hasta que vio por casualidad un largometraje, Carmen Jones, en el que la actriz era negra y guapa, lo mismo que el actor, Harry Belafonte. Fue un alivio. Se dijo: "Menos mal; la belleza no sólo es patrimonio de ellos". Aunque Avery sigue denunciando el hecho de que en Norteamérica, en los grandes circuitos comerciales del espectáculo, los papeles protagonistas para negros escasean, la verdad es que ha podido seguir una carrera bastante continuada. Ha intervenido en varias películas y series de televisión y ha actuado como cantante.

Aun así afirma: "Cuando no tienes un nombre los responsables del casting tienen todo el poder sobre ti". Por eso escribió al jefe de ese área en. El color púrpura. Éste le dio una cita. Tras verla actuar se dio cuenta, según dice Avery, "de que no sólo cantaba, sino que además era una actriz refinada". Y añade: "No quiero que suene arrogante, pero yo esperaba ser Shug Avery". Consiguió el papel. Previamente, Tina Turner había dicho que no.

A Margaret Avery no le pesa el que ahora la comparen y se especule sobre cómo lo habría hecho la otra. Las críticas han alabado mucho su interpretación.

Como la mayoría de los actores que han trabajado con Spielberg, se siente honrada por ello. En el filme la voz de las canciones no es la suya. "El ritmo de trabajo era duro. No tuve tiempo de preparar, al mismo tiempo, mi actuación y las canciones". Su sustituta vocal fue Tata Vega. El brío lo puso Margaret Avery. Si alguna vez vuelve a San Diego como maestra, seguramente muchos alumnos se enamorarán de ella.

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