Severas bajas inician la correccion en el meréado
En la última sesión de la semana se han cumplido, uno por uno, todos los pronósticos realizados con cierta antelación por los analistas bursátiles. El proceso de bajas se ha agravado hasta sus últimas consecuencias, en lo que se ha interpretado como la señal de salida para un extenso movimiento vendedor, que debe conducir a las cotizaciones y a los índices a niveles más saneados desde los que sea posible mostrar una más sólida resistencia a la baja. De esta recién iniciada dinámica bajista nadie parece dudar en los aledaños de los patios de operaciones.Donde están surgiendo interrogantes es en lo relativo a la colocación de los recursos liberados de las bolsas en su apartado de acciones, puesto que en la actualidad brillan por su ausencia las alternativas rentables a este tipo de inversión. El panorama de los mercados de renta fija es sólo relativamente rentable a plazos largos, sin que los activos a plazos menores sean capaces de ofrecer un refugio aceptable mientras se consolidan las bolsas.
En la reunión de ayer los varapalos se. diseminaron por todos los corros de contratación, aunque, naturalmente, revistieron especial virulencia en los títulos cuyas cotizaciones acumulan plusvalías de mayor entidad, como en los casos de banca, construcción, siderúrgicas, etcétera. Sin embargo, las caídas más aparatosas se han localizado en torno a los valores bancarios, que han tomado la línea bajista con tanta o más fuerza con que anteriormente subieron.
En la caja de los siete grandes se producía un notable desfase entre las partidas a favor de la oferta, que alcanzaba un saldo vendedor cercano al millón de títulos. Aunque los porcentajes de operaciones atendidas no fueron especialmente elevados, a excepción del Hispano que tomó todo su resto vendedor, se estima que el volumen de órdenes contratadas ha debido elevarse espectacularmente por encima de las cifras habituales, ya de por sí bastante significativas.
La presencia de papel desde los primeros minutos de la mañana creó un clima muy deteriorado que se mantuvo in crescendo a lo largo de toda la sesión, con lo que los nervios agravaron una situación en sí misma bastante complicada. A esto hay que añadir la rápida salida de numerosos inversionistas, interesados en los plazos de actuación más cortos, de las posiciones a crédito. Por lo que en todos los aspectos, en la sesión pintaron bastos nítidamente.
Si se confirman la hipótesis de que la actual coyuntura bursátil no es más que un preludio, es de esperar que los movimientos del índice general sigan unos dibujos vertiginosos, con recortes profundos, aunque puedan ir seguidos de esporádicas tomas de posiciones estratégicas que recorten y compliquen las gráficas.
En los cierres quedaban excedentes ofertados para el conjunto del mercado, sin que ello suponga necesariamente de ahora en adelante una orientación tan negativa como la del viernes, ya que la selectividad de los operadores debiera inducir a algún dinero localizado para ciertos valores muy concretos. El mercado parece entrar ya en una fase mucho más selectiva.
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