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Helmut Schmidt, ex canciller de la RFA, dice adiós a la política

Helmut Schmidt, ex canciller del Partido Socialdemócrata (SPD) -que gobernó la República Federal de Alemania (RFA) entre 1974 y 1982-, se despidió ayer del Parlamento alemán occidental con un brillante discurso que hizo evocar el arte oratorio de épocas pasadas ante la Asamblea legislativa. A sus 67 años, Schmidt ha decidido no presentarse a las elecciones legislativas federales del 25 de enero próximo, y aprovechó el debate sobre el presupuesto que se está celebrando en Bonn para despedirse de una Cámara a la que ha pertenecido durante 32 años ininterrumpidos.

Schmidt se dedicará a partir de ahora plenamente al periodismo, como coeditor del prestigioso semanario, político y cultural Die Zeit y a pronunciar conferencias por todo el mundo, corno ya viene haciendo desde hace un par de años. Había gran expectación en Bonn ante este discurso y el ex canciller no defraudó a aquellos que veían en su intervención ante el pleno una de las cada vez más escasas oportunidades de escuchar a un hombre de Estado.El abanderado del pragmatismo político en la socialdemocracia recibió tras su discurso un atronador aplauso de todos los diputados, tanto de: sus adversarios políticos como de sus compañeros de partido, en su mayoría hoy muy alejados de la política practicada por Schmidt desde el poder. En la última intervención de su larga vida parlamentaria, Schmidt volvió a ser ayer un adalid del pragmatismo, de lo que calificó como "la sobria pasión por la razón práctica".

En la sede provisional del Bundestag habilitada junto al edificio central, que se encuentra en obras de acondicionamiento, Schmidt hizo una pausada pero dura crítica de la gestión política de su sucesor en la cancillería, el cristiano demócrata Helmut Kohl, y pidió a todos los parlamentarios que, pese a diferencias y enfrentamientos, no abandonen nunca el consenso básico sobre el que se basa la democracia representativa.

El ex canciller, que asumió la jefatura del Gobierno en 1974 y la perdió al romperse la coalición de su partido con los liberales del FPD, hizo un balance netamente negativo del Gobierno conservador liberal. En el terreno laboral, el Gobierno ha sido incapaz, pese a una coyuntura económica internacional excepcionalmente favorable, de atajar el desempleo. Por el contrario, hay en la RIFA medio millón más de parados hoy que cuando Kohl accedió al poder. Advirtió Schmidt al Gobierno que con su política antisindical está poniendo además en peligro la paz social en el país.

Schmidt acusó a Kohl de practicar, con su actitud sumisa a los dictados de Washington, una política que no defiende los intereses de la RFA y a la larga daña a la alianza occidental. Según Schmidt, "nunca ha sido menor que hoy la influencia del Gobierno alemán en Washington". El ex canciller criticó los intentos cristianodemócratas de modificar la Constitución para hacer frente a problemas coyunturales, como son la afluencia de inmigrantes del Tercer Mundo.

"Nosotros los alemanes teníamos buenas razones para incluir este derecho [el de asilo político] en nuestra Constitución". Con relación a las opiniones conservadoras ,que quieren restringir el derecho de manifestación por la proliferación de actitudes violentas, el ex canciller manifestó que hay que perseguir con la ley a los violentos. "Pese a ello, el derecho de manifestación debe mantenerse intacto".

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