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Reportaje:

"Caí preso el domingo 31 de agosto"

Caí preso el domingo 31 de agosto, a las 2.30, mientras caminaba por una calle céntrica de Santiago de Chile. Dos carabineros, de paisano, pertenecientes a las Fuerzas Especiales (que suelen actuar en la represión de las manifestaciones callejeras) me encañonaron con sus revólveres cuando atendí la petición de cigarrillo de una muchacha, a quien acompañaba un joven que, a cinco metros de distancia, realizaba una pintada mural convocando al paro nacional de los pasados días 4 y 5 de septiembre.Los tres fuimos detenidos, acusados de estar escribiendo consignas subversivas, infringiendo la ley de seguridad del Estado y puestos por los carabineros a disposición del Ministerio del Interior. De nada sirvió que me identificara como corresponsal extranjero, redactor de la agencia española Efe, exhibiendo mi credencial y explicando que sólo iba paseando cuando coincidí con la pareja.

Tras mezclarnos con borrachos y delincuentes comunes en una furgoneta de la policía y de ser fichados, los dos hombres fuimos enviados a una comisaría especialmente acondicionada para mantener a los presos "por ley de seguridad del Estado". La muchacha fue enviada, a otro recinto femenino.

Yo había esperado caer detenido en algún momento, pero no por esta circunstancia casual de coincidir con una pareja de pintores de consignas.

Hacía cinco días (desde el martes 26 de agosto) que estaba en condición de "fugitivo" por mi calidad de jefe de redacción de la revista opositora Cauce, donde también trabajo. Los detectives de la policía de investigaciones tenían orden de detenerme, a raíz de un proceso seguido contra la revista por supuestas "ofensas a las fuerzas armadas". La revista había publicado un artículo que planteaba dudas acerca de las versiones sobre el hallazgo de voluminosos arsenales en "la zona norte del país, atribuidos al grupo armado marxista Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR)

Al ser detenido, ya estaban en prisión en el anexo-cárcel Capuchinos y sometidos a proceso, el director de la revista, Gonzalo Figueroa, y el secretario de redacción y autor del artículo (El arsenal de las dudas o las dudas del arsenal), Ariel Poblete.

Un ejecutivo de la revista y otros cuatro periodistas habían sido también detenidos a comienzos de semana y puestos en libertad por falta de pruebas. La política de Ia revista era evitar esa detención previa y por ello no concurrimos a lugares habituales, como las oficinas de la revista, la delegación de Efe o nuestros domicilios.

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Toque de queda

En la madrugada del domingo 31 caminaba por el centro de Santiago, ya que los fines de semana se suspende el toque de queda (vigente de lunes a viernes, desde las dos a las cinco de la madrugada) y abren los cafés y centros nocturnos como en cualquier capital democrática del mundo.En el primer cuartel al que nos condujeron, declaré, para no complicar aún más las cosas, que la policía de investigaciones me buscaba para ponerme a disposición del fiscal militar, pero a la policía no pareció interesarle.

Tampoco pareció importarle que, por mi condición de corresponsal extranjero en la agencia Efe, la Embajada de España pudiera hacer alguna gestión ante el Ministerio del Interior.

Poco después del mediodía del martes 2, los carabineros me condujeron a la fiscalía militar, donde el fiscal, capitán Rodrigo González, tras interrogarme, decidió dejarme detenido, esta vez por mi responsabilidad en el artículo de la revista Cauce sobre el hallazgo de arsenales. Según. él, yo era responsable también, como jefe de redacción de la revista, de haber supervisado el artículo supuestamente ofensivo para las fuerzas armadas.

No obstante, el viernes 22 de agosto, cuando se escribió el citado artículo, yo estaba con permiso por enfermedad, debido a una gripe, lo que hice presente al fiscal en mi defensa. Éste respondió que me dejaría detenido hasta que exhibiera el certificado probando la veracidad dé la licencia médica. Después de que mis abogados presentaron el certificado el miércoles 3, e insistieron en solicitar mi libertad el jueves 4, finalmente, en la noche del viernes 5 el fiscal me dejó "en libertad incondicional por falta de méritos".

Tres recintos de detención

Lo positivo de esta aventura fue tener la experiencia periodística de conocer tres recintos de detención: la tercer comisaría de carabineros, acondicionada para los presos "por ley"; la Calle 15 de la penitenciaría de Santiago, donde logré conversar con tres de los detenidos por los arsenales del Norte, acusados de pertenece al FPMR, recién salidos de su incomunicación; y el anexo-cárcel Capuchinos, donde conviví durante cuatro días con mi director y el secretario de redacción de la revista Cauce, quienes continuan detenidos, pero convencidos de su inocencia y de que dudar de las versiones oficiales de un Gobierno no constituye delito.Cinco días fugitivo y seis preso. Gajes del oficio, sobre todo en el Chile actual, donde ejercer el periodismo no está exento de riesgos.

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