Los mochileros
Le felicito por su editoral del día 25 de agosto titulado Los mochileros. Como madre de varios hijos que han conocido Europa y han tenido oportunidad de practicar idiomas con su macuto en los hombros, cargado de ropa, latas, bocadillos y hasta empanadillas hechas con todo mi cariño (ya que tanto mi marido como yo, dado la generación a la que pertenecemos, no tuvimos ni ocasión ni dinero ni posibilidades de ningún tipo para hacerlo), me ha disgustado mucho la decisión tan anticuada y elitista que se ha tomado en distintas ciudades de negar el pan y la sal a estos chicos y chicas llenos de ilusión, de vida y de juventud, y casi sin dinero. Me gustaría poder decir a estos señores que meditasensu decisión, porque: quizá no han pensado que las generaciones jóvenes son nuestra alegría y nuestra esperanza, y que, pese a sus atuendos, en casi todas las ocasiones de la vida nos dan lecciones de generosidad, entendimiento y muchas cosas buenas que no se deben despreciar, ni menos prohibir.-
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