Arzalluz afirma que el PNV no recurrió jamás a las escuchas telefónicas
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, afirma, en su artículo dominical en el diario nacionalista Deia, que está en situación de garantizar -en la medida de sus conocimientos- que su partido no ha recurrido jamás a las escuchas telefónicas. El artículo hace referencia a la denuncia del presidente de la Compañía Telefónica, Luis Solana, sobre la intervención del teléfono de Carlos Garaikoetxea, y agrega: "Todos nosotros tenemos la convicción de que nuestros teléfonos se hallan controlados, nuestro correo vigilado y que, en ocasiones, somos objeto de seguimiento".Arzalluz inicia su artículo desvelando que hace seis años un miembro del PNV, ya fallecido, le informó de la existencia de un plan, diseñado por una empresa privada de seguridad, para allanar su domicilio en Bilbao, con el fin de encontrar papeles comprometedores. La presunta operación estaba dirigida por Aseguramiento y Protección, SA, que, según informa Arzalluz, estaba dirigida por un hermano del comandante José Luis Cortina, absuelto en el proceso del intento de golpe de Estado del 23-F. El presidente del PNV afirma que los representantes de la empresa en Bilbao estaban vinculados al sector ormacista -seguidores de Antón Ormaza-, expulsado del PNV a lo largo de 1981. Arzalluz dice en su artículo que "hoy siguen en la movida".
Críticas a Solana
Xabier Arzalluz incluye el asalto a su piso de Zarauz hace unos meses por unos desconocidos dentro de operaciones destinadas a comprometerle o para instalar sistemas de escucha. Afirma también al respecto que el PNV no ha adquirido ningún aparato de escucha, "aunque más de una vez se han acercado a nosotros vendedores de aparatos sofisticados para estos menesteres". El dirigente nacionalista califica de "insólita" la intervención de Solana y considera que la denuncia del presidente de Telefónica y "la falta de técnica, al parecer, de quienes han colocado la escucha hacen pensar en algo hecho para ser descubierto. Y como telón de fondo, la guerra sorda en materia de frecuencias y comunicaciones entre el Gobierno vasco y el central y con la Compañía Telefónica".
El artículo se refiere también a la crítica de la ejecutiva guipuzcoana con respecto a su mediación en los contactos entre ETA y el Gobierno. Tras declararse satisfecho porque se haya comprobado públicamente que sabe guardar un secreto que le ha sido encomendado, afirma que, en su mandato actual al frente del PNV, ni su partido ni él "han entablado negociación ni diálogo alguno con ETA ni con ninguno de sus miembros" y recalca que su actuación se limitó a ser la de transmisor de un mensaje entre un enviado de ETA y el presidente del Ejecutivo vasco.
Se refiere, por último, Arzalluz al proceso de escisión que vive el PNV y proclama: "Lo que está sucediendo no es la sucesión casual de reacciones espontáneas. Hay un estado mayor al margen de las autoridades del partido, Las adhesiones, los manifiestos, están preparados. Y también el acto final y las incorporaciones sucesivas".
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