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Tres sistemas de intervención de las comunicaciones telefónicas

Tres sisternas, uno de ellos legal, son empleados para interceptar las conversaciones, telefónicas privadas, según han confirmado expertos policiales.Las intervenciones legales son ordenadas por los responsables del Ministerio del Interior a una dependencia policial que se denomina TEPOL, que es la encargada de tramitar las solicitudes a los órganos judiciales correspondientes.

Una vez aprobadas, en las centrales de distrito de la Telefónica se intercepta la línea y se graban las conversaciones a través de unos magnetófonos que se conectan directamente nada más descolgarse el auricular. El ex director general de la Policía José Luis Fernández Dopico es actualmente jefe de Seguridad de Telefónica.

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Las fuentes citadas han expresado que, en ocasiones, con un mandamiento judicial para intervenir un teléfono, se llevaban a cabo más interceptaciones de líneas en colaboración con algunos empleados, quienes recibían una gratificación.

El segundo sistema consiste en colocar en el aparato un micrófono con un radio de alcance aproximado de 500 metros. Con esta fórmula, un vehículo especialmente dispuesto debe estacionarse dentro de ese radio de acción, para grabar las conversaciones.

Según las fuentes citadas, este sistema se ha utilizado frecuentemente en el País Vasco por el celo y la sensibilidad existente en esa zona con estos asuntos, dado que el sistema es más difícilmente detectable, aunque sea más elemental.

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El tercer sistema es abrir un puente, es decir, desviar la línea en cualquier parte de la misma y conectarla a un magnetófono que registra las conversaciones. En algunos casos estos registros se recogen cada día si el aparato funciona automáticamente al descolgarse el teléfono. Si es una chapuza, una persona debe permanécer constantemente a la escucha para grabar las conversaciones. Éste fue, supuestamente, el sistema usado para intervenir el teléfono de Carlos Garaikoetxea.

Colaboración de porteros

Las fuentes precisan que este tipo de escuchas ilegales se llevaba a cabo en colaboración con los porteros de las viviendas, que en muchos casos son policías y guardias civiles retirados.

El servicio de TEPOL no es considerado fiable en las investigaciones sobre golpismo o involucionismo, porque afirman que sus integrantes son conocidos por su ideología ultraderechista. Las fuentes ponen como ejemplo la filtración llevada a cabo en 1981, cuando el entonces director de la Seguridad del Estado, Francisco Laína, ordenó la intervención de los teléfonos de la Academia de Caballería de Valladolid.

El télex firmado por Francisco Laína el 7 de noviembre de 1981 solicitaba "la observación telefónica de los números 22 22 34 y 22 98 23, de los que es titular la Academia de Caballería, con doinicilio en el Paseo de Zorrilla, número 2, de Valladolid", por considerar que existían "sospechas de actividades con fines involucionistas".

Según las mencionadas fuentes, los responsables de la academia fueron avisados inmediatamente de que sus teléfonos habían sido pinchados, y la información de esta intervención fue publicada por los medios de comunicación.

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