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Iberia ha perdido 11.000 millones de pesetas entre enero y agosto

Al primero de agosto, y, sin repercutir en la cuenta de resultados los mejores meses del año, como son agosto y septiembre, la compañía Iberia había registrado unas pérdidas en torno a los 11.000 millones de pesetas. Esta cifra hace presumir que la empresa aérea nacional tendrá este año un mal ejercicio, que altas fuentes de la compañía achacan al fuerte descenso experimentado en ventas, fruto a su vez de la caída (un 44%) del turismo norteamericano. Iberia iniciará en septiembre un profundo cambio organizativo que, en el horizonte de tres años, separará sus actividades nacionales, internacionales, tercer nivel, carga y vuelos charter.

El fuerte descenso del turismo nortemericano, que ha limitado los ingresos previstos en ventas, junto a la situación de fuerte competitividad y exceso de capacidad en Europa, son las razones que esgrime la compañía para justificar la marcha de un ejercicio que se esperaba fuera mejor que el del pasado (9.000 millones de pérdidas).

Iberia, con todo, no ha concluido todavía el ejercicio (se ha cambiado a diciembre su cierre, en lugar de septiembre) y todavía faltan por repercutir en la cifra de pérdidas dos de los tres mejores meses del año, es decir, agosto y septiembre, cuando los beneficios son muy significativos por la enorme actividad estival.

Pero 1986 será un mal año para Iberia, pese al esfuerzo desarrollado en la reducción de costes, que este año se espera disminuirán entre un 1 % y un 2%. El recorte que se está produciendo en ingresos (en lo que va de año no han aumentado sobre el ejercicio anterior) y la tendencia de la industria aérea internacional a pasar a tarifas los ahorros experimentados en costes, ha anulado el efecto beneficioso de la reducción de los precios del queroseno y el menor coste financiero.

Iberia, prácticamente, se ha tragado ya los 60.000 millones de pesetas aportados por sus accionistas en los últimos tres años y puede comerse fácilmente los 30.000 millones (un 25% se ha desembolsado ya) que aún quedan por aportar por el Instituto Nacional de Industria (INI) dentro del programa de saneamiento financiero de la sociedad.

Cirugía profunda

Aunque se parte del hecho de que Iberia necesita una cirugía más profunda que la meramente financiera, en medios de la compañía se pone de manifiesto las pérdidas que están experimentando otras compañías extranjeras durante los primeros meses de este año, pese a la caída de los costes, fundamentalmente del queroseno. Así, sólo seis de las 26 primeras compañías aéreas norteamericanas registraron beneficios en el primer trimestre. TWA perdió 170 millones de dólares, y United, 110 millones. En Europa, las compañías nacionales tampoco han remontado vuelo.

La conclusión y presentación al Instituto Nacional de Industria (INI) de un estudio sobre el futuro de la empresa elaborado por la firma sueca Indevo, que ya asesoró at la SAS, está previsto que sirva de pauta para emprender una profunda reestructuración a medio plazo de Iberia.

El estudio es concluyente respecto a la rentabilidad de la compañía, aunque advierte que los números negros (beneficios) no aparecerán en los dos próximos años, si bien podría alcanzarse una situación estable después de intereses y cargas en el mismo período. Después, la rentabilidad de la compañía se sitúa en tomo a los 35.000/40.000 millones de pesetas anuales a partir de 1990.

El presidente de Iberia, Narcís Andreu, ha proclamado su intención de emprender este plan de una "forma paulatina", en el convencimiento de que las soluciones que necesita Iberia requieren, a su vez, tiempo. En este sentido, no ha mostrado especial preocupación por los "ataques" a los que está sometido por parte de UGT, que le reprocha la falta de consulta en la aplicación futura de los programas de ajuste.

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