Alex Baumann
El 'nadador completo' canadiense parecía imbatible hasta el lunes
La versión acuática de Daley Thompson se llama Alex Baumann. El nadador canadiense posee el récord mundial de 200 y 400 metros estilos. Su superioridad ha sido manifiesta hasta el lunes. Nadie parecía en condiciones de derrotarle, pero lo hicieron el húngaro Darnyi y el soviético Yaroshuk. Curiosamente, en los Juegos de la Commonwealth, Baumann demostró estar en una forma espléndida, como en Los Ángeles, donde consiguió dos medallas de oro. Ahora sólo le queda intentar convertirse en el primer hombre que baje de los dos minutos en 200 estilos.
De todas formas, la medalla de oro en la prueba más corta de estilos, con la resistencia que le pueda ofrecer ahora Pablo Morales, ya no la tiene asegurada.Baumann es producto de la emigración, como Pablo Morales e incluso Greg Louganis. Baumann, que cuenta 22 años, nació en Checoslovaquia, pero a los cuatro años comenzó una vida trashumante. Sus padres abandonaron el país tras la invasión de las tropas soviéticas en 1968. Después de dos años de residencia en Nueva Zelanda, el padre, profesor de sociología, obtuvo trabajo en la pequeña universidad de Laurentides, en el Estado canadiense de Ontario. En la actualidad, Baumann es, junto a Victor Davis, el abanderado de la pujante natación canadiense. Su nacionalismo es tan intenso que hace años se hizo tatuar en el pecho una hoja de arce, símbolo nacional canadiense.
Héroe nacional
En los Juegos Olímpicos de Los Ángeles fue reconocido como un héroe nacional. Su victoria en 400 metros estilos daba a Canadá la primera medalla de oro en natación desde 1912, cuando Hodgson ganó la prueba de 400 metros libres. Tres días más tarde avasallaba a Pablo Morales y establecía un récord mundial en 200 metros estilos: 2.01.42. Baumann fue la punta de lanza de la natación canadiense, que consiguió en Los Ángeles cuatro medallas de oro, tres de plata y tres de bronce. En los Campeonatos del Mundo de Madrid se puede apreciar de nuevo el vertiginoso progreso de Canadá, que presenta un amplio surtido de estrellas: Baumann, Davis, Ponting, Tewksbury, West, Ounpuu y la precoz Allison Higson.
La superioridad de Baumann en las pruebas de estilos (con la laguna del lunes) ha sido similar a la de Michael Gross en 200 metros libres y mariposa. Los estadounidenses no encuentran la forma de destronarle. Recientemente, el casi desconocido Dave Wharton (también fracasado el lunes, pues ni siquiera entró en la final) amenazó la plusmarca del canadiense en 400 metros estilos, pero la contestación de Baumann en los Juegos de la Commonwealth fue apabullante: marcó 4.1816. Su reinado está fuera de toda duda, y más desde que Jens Peter Berndt, su presunto gran rival, decidió exiliarse de la República Democrática Alemana el pasado año. El húngaro Darnyi, ganador el lunes en la piscina del Centro de Natación, quedó aún lejos de su plusmarca. Baumann, que fue descalificado en las series de clasificación de 400 metros estilos, fue tratado con más miramientos que Adrian Moorhouse, y fue recalificado tras la reclamación de la delegación canadiense.
Baumann asienta sus triunfos sobre un extraordinario eclecticismo. Es uno de esos seres nacidos para nadar. Alto -mide 1,89-, delgado -no sobrepasa los 76 kilos-, se desenvuelve con igual éxito en todas las dísciplinas de la natación. Los tiempos de paso en la carrera de 200 metros estilos de Los Ángeles fueron el mejor ejemplo de su versatilidad. Sólo Pablo Morales, por otra parte plusmarquista mundial de 100 metros mariposa, le superó en el primer largo -25.33 contra 27.81-.
En espalda, braza y libre Baumann siempre registró el mejor tiempo parcial, aunque en la braza tuviera que competir con Steve Lundquist, plusmarquista mundial de 100 metros braza. Baumann es un hombre capaz de nadar los 200 Ubres en 1.51.2 y los 200 mariposa en 2.01.
Habituado a las victorias en las competiciones de mayor prestigio, Alex Baumann afronta dos nuevos retos: repetir las medallas de oro en los Juegos de Seúl y bajar por vez primera de los dos minutos en 200 metros estilos. Para conseguirlo tendrá que rebajar un segundo y 42 centésimas su actual plusmarca. La tarea presenta las dificultades de las quimeras. Pero Baumann pertenece a la estirpe de Gross, Spitz, Wilkie o Naber. Siempre está dispuesto a afrontar lo imposible. Incluso después de su primer fallo en Madrid.
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