Matt Biondi y Kristin Otto, reyes de la velocidad
La tercera jornada de la natación estuvo marcado por la velocidad. El norteamericano Matt Biondi se confirmó como el mejor velocista del planeta sobre el agua. La alemana orienta¡ Kristin Otto también demostró ser la mujer que se desliza más rápidamente en el hectómetro. La RDA perdió ayer una de sus tres medallas diarias habituales, pero con su relevo de 4x100 metros libres superó dos récords mundiales. Heike Friedrich, ganadora también en los 400 libres, suma ya cuatro medallas de oro, por tres su compatriota Otto.
La densidad de la natación alemana oriental no deja casi lugar a la exaltación de las figuras solitarias. Estados Unidos, a duras penas, sigue en la lucha, casi sin resuello. Ayer, cuando parecía que el triunfo de la gran espaldista norteamericana Betsy Mitchell iba a romper bastante el dominio absoluto de la RDA en la natación femenina, las alemanas explotaron inmediatamente después con el relevo de 4X100 metros libres. No sólo superaron su propio récord del mundo, algo casi esperado, después de haberlo hecho en el de 200, sino que su primera relevista, la ganadora de los 100, Kristin Otto, logró lo que no había podido hacer en la final individual: batir el viejo récord de su compatriota Bárbara Krause conseguido en los Juegos Olímpicos de Moscú, en 1980.La jornada ya se había iniciado con el triunfo en los 400 metros libres de la alemana oriental Heike Friedrich, plusmarquista europea, así como mundial de los 200, prueba en la que venció el lunes. Era su tercera medalla de oro, pues también fue pieza clave en el relevo de 4X200 y completaría la jornada con la cuarta después del 4x100. Friedrich demostró tina versatilidad tremenda. Su compatriota Astrid Strauss pasó primera los 100 metros (1.00.62 minutos), mientras la británica Hardcastle, que acaba de batir el récord europeo de 800, se puso en cabeza en los 200 (2.04.37). Pero Friedrich, que viró tercera, aceleró su ritmo de brazada y antes de los 250 estaba irresistiblemente destacada. En los 300 (3.06.91) sacaba medio segundo a la británica y a Strauss. En la llegada, aunque siguió en pie el aún más viejo récord de la australiana Tracey Wickham (4.06.28), superó por más de segundo y medio y más de dos a Hardcastle y Strauss.
Sin embargo, los triunfos femeninos de la RDA parecen no emocionar ya. Salvo excepciones, son nadadoras de serie, altas, rubias, ojos azules y cara redonda, de gesto similar, indefinido. Hasta Kristin Otto batió su récord mundial casi como una obligación, sin ruido, discretamente, en un relevo.
Matt Biondi, el gigante norteamericano, quedó a 20 centésimas de segundo de su récord mundial de los 100 metros, pero su superioridad sí dio emoción a la prueba porque es un modelo distinto, más humano. Que se concentra, pero sonríe; que mueve medio encorvado sus 1,95 metros meneando mucho los brazos o que seca cuidadosamente con la toalla el puesto de salida para no tener la sorpresa de un resbalón. Incluso volvió a frotarlo con las manos antes de subir. Se agachó el primero para la salida y fue el único que se sentó, de espaldas al agua, cuando el sueco Johansson hizo una nula.
Ya en el salto se puso en cabeza. Comienza sus brazadas con la derecha y dio 33 hasta el viraje: 23.56 segundos, un paso más rápido que los 23.68 cuando batió el récord del mundo hace dos meses en las pruebas de selección norteamericanas. En el segundo largo dio 37, pero las dos últimas dejándose ir. Ahí perdió las 20 centésimas (48.94 por 48.74) que le faltaron para llegar a su plusmarca. Quizá es que no le inquietó nadie. Su compatriota Jaeger, mas especialista de 50 metros, le acosó en esa distancia (23.64), pero al final incluso fue superado por el también gigante francés Caron. Pero ambos, en otra carrera: 49.73 y 49.79.
7,35 kilómetros por hora
Biondi, en su carrera de ayer, nadó a 7,35 kilómetros por hora. Con su récord mundial lo hizo a 7,40. Pero la máxima velocidad sobre el agua la tiene con 8,06 cuando logró en las mismas pruebas de selección 22.33 segundos en los 50 metros. La velocidad de una persona normal caminando es de cuatro kilómetros por hora. Para seguir a Biondi es necesario caminar deprisa en sus distancias.
En mujeres, los 54.73 segundos de Kristin Otto suponen 6,57 kilómetros por hora de velocidad. Pero la rumana Tamara Costache, plusmarquista mundial de 50 metros, con 25.31 hace unas semanas, nadó a 7,11.
Biondi, plusmarquista mundial de los 100 y 50 metros libres, deberá confirmar su calidad del mejor velocista mundial en la nueva prueba del largo de piscina que se nadará el viernes. Otto, superada actualmente en la lista mundial de los 50 por Costache, le disputará la supremacía el sábado.
El estilo espalda, como se esperaba, cambió el rumbo de los triunfos. El soviético y plusmarquista mundial de 200, Igor Polianski, se dio un monumental paseo y ganó el primer título paria su país antes de que lo intente Salnikov. La norteamericana Betsy Mitchell, plusmarquista mundial de 200, no esperó a esa prueba y derrotó en los 100, lo que tiene su gran mérito, a las dos alemanas orientales y a la soviética Shibaeva.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.