Hungría aplaza la plena convertibilidad del florín
BelgradoEl florín húngaro, la moneda más apreciada del este europeo, no se hará plenamente convertible por ahora, aunque la divisa magiar ha dado los pasos necesarios hacia su total aceptación internacional. El vicepresidente del Banco Nacional húngaro, Janos Fekete, ha dclarado a la agencia yugoslava de noticias, Tanjug, que no es éste el mejor momento para ello, por correr tiempos de gran inestabilidad monetaria.
Caso de que el actual grado de convertibilidad del florín llegara a las ventanillas de las casas de cambio occidentales, la fuga de los ahorros privados pondría en peligro la sanidad financiera húngara.
Ya en el año 1981 se estableció un tipo de cambio único para la moneda húngara. Se abandonaba así la dualidad característica de muchos países socialistas que tienen un cambio mercantil y otro turístico. Dos años más tarde, Hungría pasaba a ser el tercer miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI) del este europeo, después de Rumania y Polonia. Los dos créditos del FMI y los 11 del Banco Mundial que siguieron ayudaron a rellenar las reservas del Banco Central Magiar, una de las condiciones en la ruta de la convertibilidad.
E1 florín se creó el 1 de agosto de 1946. Fue aquella una medida precursora de lo que Argentina haría cuatro decenios más tarde en lucha contra la inflación. La nueva moneda magiar nacía sobre las cenizas de la mayor depreciación de la historia, protagonizada por su moneda precursora, el peng. Se fijó para el florín una paridad equivalente a 400.000 cuatrillones de decrépitos pengs.
Este año se prevé una inflación del 5% y para 1990 los húngaros intentarán bajarla al 4%. Desde la desaparición de Breznev, su sucesor, Mijail Gorbachov, parece haber dado el visto bueno al experimento húngaro, visto al principio con recelo en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (Comecon).
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