Apuestas, retos, turismo y deporte
J.-J. F.Saltar al agua es una acción tan antigua como la humanidad. Ilustraciones en vasos egipcios o romanos ya lo indican. Lo que empezó siendo una necesidad o un placer pasó por apuestas o retos y se reglamentó después como un deporte. El trampolín, flexible, y la palanca, fija, son las especialidades. En las grandes competiciones se salta a tres metros del agua en el primero y a 10 desde la segunda.
Al revés de otros deportes desaparecidos tras la caída del imperio romano, documentos históricos siguientes continuaron haciendo mención de los saltos. Incluso ahora hay lugares en el mundo, como la quebrada de Acapulco (México), donde los indígenas se lanzan a un impresionante desfiladero, aprovechando la subida de las olas, como un espectáculo típicamente turístico.
En 1871, un inglés llamado J. B. Johnson asombró a Londres al tirarse al Támesis desde el puente de la Torre. Simuló que lo hacía para salvar a su hermano, que fingía ahogarse. En la actualidad declinan costumbres como la italiana de lanzarse al Tíber romano el primero de año. La neoyorquina acabó entre 1880 y 1890 por los muchos candidatos ciertos al suicidio que se producían dada la gran altura existente.
En los saltos deportivos actuales se puntúan de 0 a 10 la técnica y la estética, de forma similar a lo que ocurre en gimnasia. Al igual que en otros deportes con puntuaciones, en éste se descartan las dos extremas de los siete jueces y se multiplica la suma de los cinco intermedios por el coeficiente de dificultad asignado al salto. En la competición, por ello, un salto de coeficiente 3, de mucha dificultad, realizado de forma discreta puede ser mucho mejor que otro de fácil ejecución, coeficiente 1,3, por ejemplo, perfectamente hecho.
Los saltadores disputan las competiciones, tanto de trampolín como de palanca, en dos jornadas, la primera con saltos obligatorios y la segunda con libres, donde pueden escoger las dificultades, aunque sin repetir saltos que tengan el mismo grado de dificultad. En trampolín (hoy, mañana y tarde, es la primera jornada femenina), los saltos obligatorios son cinco y otros tantos los voluntarios (seis en los hombres).
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