La 'ola', el rejoneo y los caballos, espectáculos en la apertura de los Mundiales en Las Ventas

Los V Campeonatos Mundiales de Natación, Saltos, Waterpolo y Natación Sincronizada fueron inauguradas ayer en la plaza de toros de Las Ventas, en una ceremonia insólita en este tipo de acontecimientos deportivos. No sólo el escenario fue distinto al central donde se disputarán las principales competiciones, sino que ningún representante político pronunció las palabras tradicionales que declaran abiertos los torneos. La ola, el rejoneo de un toro de forma incruenta y los caballos andaluces fueron los espectáculos que llenaron la ceremonia.

Tres cuartos de entrada en la plaza de toros de Las Ventas. Lleno en los tendidos de sombra -con dos de ellos reservados para los nadadores participantes- y media entrada en el sol fue la asistencia a la ceremonia de apertura de los campeonatos mundiales. La animación la pusieron los propios atletas, habitualmente ruidosos en las piscinas para alentar a sus compañeros y que ayer llenaron los tiempos muertos del acto con la ejecución de la nueva ola, movimiento del público que se levanta progresivarnente en todo el graderío. La ola de las Ventas, iniciada curiosamente, por los nadadores de la URSS, fue redonda, como variante a las más rectangulares de los recintos fútbolísticos.Ecuador, sólo con el abanderado, como representante del anterior organizador de los campeonatos, abrió el desfile de los 61 países participantes, que han inscrito a 1.119 atletas. Estados Unidos, el único equipo que escuchó silbidos, con división de opiniones, es el más numeroso, con 77 representantes, lo mismo que: Canadá. España tendrá 61.

Otros países que tomarán parte son: Argelia, Argentina, Aruba, Austria, Bangladesh, Barbados (con un solo nadador ambos), Bélgica, Brasil, Bulgaria, Checoslovaquia, China, Colombia, Costa Rica, Cuba,, Dinamarca, República Dominicana, Egipto, Finlandia, Francia, Reino Unido, República Democrática Alemana, Grecia, Guatemala (1 solo), Hungría, Irlanda, Islandia, Israel, Islas Vírgenes, Italia, Jamaica (1), Japón, Luxemburgo, México, Noruega, Nueva Zelanda, Panamá (1), Perú, Polonia, Portugal, Puerto Rico, Rumanía, Singapur, San Marino (1), Suecia, Suiza, Surinam (1), China Taipeh, Trinidad Tobago, Tunicia, Turquía, URSS, Uruguay (1), Venezuela, Yugoslavia y Zimbabue.

El soviético VIadimir Salnikov fue la única gran figura que desfiló como abanderado de su equipo. Por España lo hizo el nadador de 200 libres Juan Carlos Vallejo. Todas las representaciones caminaron por la raya de los medios y dejaron a los portaestandartes y abanderados solos en el ruedo.

A continuación, Manuel Estiarte, el mejor waterpolista español, pronunció el juramento de los atletas, que apenas se percibió, como el resto de parlamentos, pues el sonido fue muy deficiente.

Alfredo Flórez, presidente de la Federación Española, dio la bienvenida a todos los participantes y las gracias a todos sus colaboradores. Habló de la unión y la paz entre los deportistas y no olvidó desear una feliz estancia a los miembros de la federación internacional (FINA).

Robert Helmick, presidente de ese organismo indicó que Madrid era la capital del deporte y de la hospitalidad. Dio las gracias a las autoridades por las instalaciones "tan magníficas" construidas, y añadió: "Tengo que decir que son las mejores que he visto en cualquier otra parte. Muchas gracias a la Federación Española por su perfecta organización (entonces se oyeron algunas muestras de desaprobación) y, por supuesto, al pueblo de Madrid por su cariñosa acogida".

A continuación, tras las palabras, en que no regateó elogios para la organización (después añadiría, el acierto de elegir el escenario para la ceremonia), fue el encargado de declarar abiertos los campeonatos, cuando lo habitual es que lo haga la máxima personalidad política presente. Entre las deportivas, Juan Antonio Samaranch, enfermo, no asistió.

Rejoneo y caballos

La ceremonia continuó ya con el espectáculo andaluz de rejoneo a un toro cárdeno de muy bella estampa, pero flojo de remos (sufrió hasta cuatro caídas en cuanto los subalternos le dieron unos cuantos pases de capa). Álvaro Domecq no consiguió que quedara clavado en la almohadilla protectora del animal el primer rejón, pero después colocó hasta seis, uno de ellos a dos manos, entre los sorprendidos y poco animados nadadores. Asombrados con la entrada de los cabestros para llevarse al toro rápidamente, iniciaron la ola cuando el camión cisterna interrumpió para regar el albero.

Los tiempos muertos fueron así salvados por los propios participantes, que llegaron a iniciar unas palmas de tango hasta que continuó la exhibición de la escuela ecuestre andaluza.