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La OPEP llega a un acuerdo de principio para recortar su producción a 16 millones de barriles diarios

La 78ª Conferencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) llegó a un acuerdo de principio, a últimas horas de la noche de ayer, por el que se acepta unánimemente una propuesta presentada por Irán para volver al umbral de producción de 16 millones de barriles diarios y al reparto de cuotas, que oficialmente estaba vigente desde octubre de 1984, pero que, en la práctica, casi nadie cumplía. En estas últimas semanas, la producción se había disparado por encima de los 20 millones de barriles, originando una caída de los precios a los niveles más bajos de los últimos 12 años. En cuanto se tuvo la primera noticia del acercamiento de los países exportadores, el precio del crudo se disparó en Nueva York y el West Texas Intermediate, la calidad de referencia en Estados Unidos, se apreció 1,74 dólares en pocas horas, hasta situarse en 13,29 dólares el barril.

El ministro nigeriano de Petróleo, Rilwanu Lukman, actual presidente de la OPEP, señaló en la medianoche de ayer que el acuerdo ha sido unánime, con lo que parece superado, en último extremo, la oposición formal de Irak, que había declarado inicialmente su postura contraria a secundar la propuesta. A primeras horas de hoy está prevista una reunión de expertos para ultimar los detalles que permitan aplicar el plan, en tanto que a media mañana se llevará a cabo una sesión plenaria de la que se espera salga el comunicado final de la conferencia. El plan se pondrá en funcionamiento durante dos meses, momento en el que se celebrará una nueva conferencia para concretar una estrategia, tanto en precios como en distribución estable de cuotas.Este período, a juicio del Ministro iraní de Petróleo, Gholamreza Aghazadeh, debe ser suficiente para resolver los problemas actuales. Para poner en práctica su propuesta, el ministro señaló, antes de anunciarse el acuerdo de principio, que los 12 países -excepto Irak- tendrían que repartirse la producción de 14,8 millones de barriles (los 16 millones acordado, en 1984, menos 1,2 millones que le corresponden a Irak, y cuya cuota debe ser vigilada por la propia Organización).

De cara al futuro, y para poder llegar a una vía de encuentro en cuanto a la producción de Irak e Irán, el jefe de la delegación de este país planteó dos posibles alternativas a seguir por la OPEP. Una sería calcular los cupos que corresponderían a estos países por los parámetros habituales seguidos hasta ahora (producción histórica, producto nacional bruto, población, reservas, etcétera). Una segunda fórmula sería, puesto que la producción de Irán es prácticamente el doble de la del país con el que se encuentra en guerra (2,3 por 1,2 millones de barriles), que por cada dos barriles que salgan de los pozos de la República islámica se le conceda uno a Irak.

Reparto de la producción

El plan señala que este reparto de los niveles de producción que se fijen ahora no supondrá ningún obstáculo para el futuro, y propone asimismo que, además de bajar el volumen a los niveles de 1984, se entre también en la fijación de una estructura de precios estable y en la eliminación de los contratos netback, con los que los países de la organización están ligando sus ventas a los precios que existen en el mercado libre.En círculos del sector que siguen la conferencia, se destacó el alcance político y estratégico del plan lanzado por el Gobierno de Teherán, tan solo unas horas después de que el presidente irakí, Saddam Hussein, enviara una carta abierta a los líderes de la revolución islámica para poner fin al enfrentamiento bélico que mantienen desde hace seis años, y a lo que en repetidas ocasiones han contestado éstos que eso sería imposible si el propio Hussein no abandona su cargo. El primer ministro iraní rechazó ayer, una vez más, el ofrecimiento de Irak.

Aprovechando que es uno de los pocos países que no ha superado las cuotas que se le asignaron en 1984, -al contrario de Irak, que está produciendo por encima de los dos millones de barriles de corresponden 1,2 millones)-, la propuesta de Irán puso entre la espada y la pared a la. mayoría de los países de la OPEP, a los que estaba proponiendo no recortar más o menos en función de los demás -discusión sobre la que habían girado las negociaciones hasta ese momento- sino recuperar un acuerdo anterior al que se había dado el visto bueno por parte de los miembros dos años atrás, y que casi nadie cumplía.

Al mismo tiempo, la propuesta llevaba otras cargas de profundidad, porque ahondaba el aislamiento de Irak y hacía que, por primera vez en bastante tiempo, se viera respaldada una iniciativa iraní por los países del Golfo.

Como un gesto importante, en este sentido, se interpretó la reacción inmediata del Gobierno de Kuwait, -tradicional aliado de Arabia Saudí en la OPEP-, mostrando su conformidad con la propuesta iraní, "a pesar de que ello tendrá, indudablemente, un impacto negativo en los encargos de clientes a la corporación petrolífera de Kuwait".

Según informaciones procedentes de Riad, el Consejo de Ministros saudí, reunido este fin de semana bajo la presidencia de Fahd hizo público un comunicaido en el que se subrayaba que el país no podía reducir su producción por debajo del nivel necesario para su desarrollo económico, aunque no se oponía a que el resto de los países produzcan cuanto necesiten. En estos momentos, la producción saudí se cree que es de unos seis millones de barriles diarios, en tanto que, al volver a las cuotas de octubre de 1984, debe rebajarla hasta 4,35 millones de barriles.

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