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La policía mata un hombre que lanzó basura contra el palacio de Castelgandolfo

Juan Arias

Roberto Porfiri, de 45 años, doctor en Ciencias Políticas y alto funcionario del Ministerio de Bienes Culturales de Italia, murió ayer al alba por disparos de la policía tras haber lanzado una bolsa de basura contra una de las puertas de la residencia veraniega de Juan Pablo II en Castelgandolfo.

El funcionario, que estaba bajo tratamiento psiquiátrico y que ha dejado dos hijas, de 16 y 17 años, respectivamente, había pasado con su coche, a las tres de la madrugada, delante de la residencia donde dormía el papa Wojtyla, y al arrojar una bolsa de basura gritó: "Esto es para el Papa y para vosotros".Los agentes que patrullaban en torno a la residencia a esas horas temieron que se tratase de una bomba y se lanzaron a detenerle, pero sin conseguirlo. Sólo a las cuatro de la mañana, cerca ya de Roma, en la vía Ardeatina, dos coches de la policía que habían oído por radio a sus colegas de Castelgandolfo consiguieron detener el vehículo tras haberle disparado a las ruedas. Pero Roberto Porfiri no se rindió y, saliendo del coche, amenazó a los policías con un hacha golpeando la carrocería. Al contemplar la escena desde lejos, los policías de otra patrulla dispararon con una metralleta, hiriéndole mortalmente con impactos de bala en la cabeza y en ambos costados.

En el coche del funcionario la policía encontró unos manuscritos en los que éste se confesaba. contrario a las teorías de Sigmund Freud de que la neurosis se cura "haciendo puntualmente las pequeñas cosas de la vida cotidiana". Se declaraba, por el contrario, de acuerdo con los griegos antiguos, cuya terapia consistía en "vivir realizando grandes empresas".

Ayer existían, sin embargo, dudas acerca de si la policía habría podido salvar la vida al funcionario. El hecho parece ser sintomático del clima de psicosis que se ha creado en torno a la seguridad del papa Juan Pablo II y que puede empujar a la misma policía a perder en algunos momentos el control.

De hecho, si en un primer momento el gesto de Porfirio lanzando un objeto contra la puerta de la residencia papal pudo preocupar, lógicamente, a los agentes, una vez constatado que se trataba sólo de una bolsa de basura podían haber pensado que había sido el gesto de un desequilibrado o de una broma, y hubiesen podido detenerle sin atentar contra su vida.

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