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El niño que quedó aprisionado en el sumidero de una piscina, en estado crítico

Amelia Castilla

El niño Daniel Domínguez Martín, de 12 años, que estuvo a punto de morir ahogado tras quedar aprisionado por una pierna en el sumidero de una piscina el pasado día 13 de julio, se encuentra en estado gravísimo, según aseguró ayer el doctor Francisco Ruza, jefe del departamento de traumatología infantil de la ciudad sanitaria La Paz. En el caso de que no se produzca la muerte cerebral, el pequeño, que pasó cerca de 10 minutos sumergido bajo el agua, "puede sufrir un grave retraso mental".

Daniel ingresó en el hospital hace 10 días, con paro cardiaco. Poco antes de las dos de la tarde, unos niños que se bañaban con él alertaron al socorrista de una las piscinas del complejo deportivo Playa de Madrid. Daniel había quedado aprisionado por una pierna en el sumidero que canaliza el agua para su depuración. Varias personas intentaron, sin conseguirlo, sacarlo del agua, y no pudo ser rescatado hasta que no se desconectó el motor que regula la depuración. Testigos presenciales apuntaron entonces que el niño permaneció cerca de 10 minutos bajo el agua.El pequeño, según el doctor Ruza, pudo pasar cerca de 40 minutos en parada cardiaca hasta que llegó al hospital. Un doctor que lo atendió en la piscina consiguió reanimarle a base de masajes poco antes de decidir su traslado al hospital. "Nada más llegar al centro se le intubó hasta la tráquea para aplicarle oxígeno y garantizarle una ventilación correcta. Tras diversas maniobras de reanimación y aplicarle las drogas apropiadas volvió a latir", explicó el doctor.

Una vez recuperado, el pequeño fue sometido a un coma barbitúrico con objeto de proteger el cerebro. "En esas situaciones pueden fallar muchos sistemas, pero el más sensible es el cerebro, que puede quedar seriamente dañado tras permanecer más de cinco minutos sin oxígeno. La protección cerebral se consigue a base de retención de líquidos, diuréticos y corticoides [antiinflamatorios]". Una vez sometido al tratamiento sólo queda esperar la evolución, y el caso de Daniel ha sufrido un deterioro progresivo. A diario se le realiza un electroencefalograma y se vigila constantemente la presión del cerebro.

"Está como hibernado"

Daniel está internado en una habitación con otros niños, y un médico o un ATS permanecen constantemente en el cuarto. Se le mantiene "como hibernado"_ y sus funciones vitales las realizan las máquinas conectadas a su cuerpo. El aspecto externo del pequeño es bueno, pese a estar lleno de cables y tubos.Los padres del niño y su hermano mayor, que han permanecido a su lado desde que se produjo el accidente, están destrozados, según explicó el doctor Riaza. Además de presenciar el accidente, la familia de Daniel lleva 10 días esperando su recuperación. "Las situaciones en las que se alarga el tiempo de reanimación son terribles", manifestó el doctor, "aunque tienen su ca,ra y su cruz, A veces se logra asimilar la gravedad de la situación, y el fallecimiento es menos traumático, pero en este caso el estado de ánimo de los padres ha ido para abajo a medida que se acentuaba la gravedad".

El doctor Ruza explicó que en la evolución de los ahogados se produce tal cantidad de variables que a veces no se sabe qué hacer. El doctor recordaba ayer otros casos tratados en el centro de niños más pequeños que pasaron. más tiempo que Daniel sumergidos bajo el agua de una piscina y lograron recuperarse sin secuelas. "Los principales factores de riesgo en estos casos son los tiempos de inmersión y de recuperación de la parada cardiaca", dijo. "Luego cada caso es diferente, y es muy difícil tomar decisiones".

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