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La historia se repite

El incendio de Martos ha sido como la continuación de una terrible trama iniciada en las poblaciones andaluzas vecinas. Primero hubo un brote de racismo en Torredelcampo que cundió a Torredonjimeno. En esta localidad, un grupo de vecinos incendió una vivienda de una familia gitana en enero de 19:34. A partir de ahí se fue generando un clima que culminó con los últimos sucesos.Representantes de las asociaciones gitanas andaluzas que acudieron a Martos nada más tener conocimiento de lo ocurrido piensan recurrir a los tribunales y llegar hasta el fin para evitar que los sucesos tengan continuación en otras poblaciones, con más añadidos de tragedia. Para ellos, en Martos, los incendiarios se han salido con la suya y ven muy improbable que las víctimas vayan a regresar a su antiguo asentamiento.

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Sin embargo, quieren aclarar lo sucedido 31 que los culpables sean castigados. En los últimos días fueron detenidos ocho payos por la Guardia Civil, que tras declarar han sido puestos en libertad (seis, sin cargo alguno, y dos, en régimen de libertad provisional).

La labor de esclarecimiento es difícil, ya que los incendiarios buscan el anonimato entre la turbamulta que asaltó las viviendas.

Los representantes de las asociaciones recuerdan casos de racismo, pero ninguno de la gravedad de lo ocurrido aquí. Hace tan sólo unas semanas, otro gitano murió de un disparo en Santa Fe (Granada) que presuntamente efectuó el dueño de una finca adonde la víctima había ido a coger melocotones.

Alta tensión

Lo único de que se alegran es de que no se hayan producido muertos y que las, familias pudieran huir por una salida posterior que tienen todas las viejas, viviendas incendiadas. También lamentan la falta de organización de la Administración, que ha dado lugar a impetuosas discusiones, como la mantenida entre un responsable de la Cruz Roja y el delegado de Gobernación de Jaén.

También quieren que mientras la comunidad gitana permanezca en el campamento provisional, se les garantice de modo permanente su seguridad. Después de lo ocurrido, nadie puede prever la calma. De hecho, el sentimiento racista volvió a cundir cuando unos vecinos impidieron que el campamento se instalara en Monte Lope Álvarez, cerca de Martos.

Esto supuso un notable retraso en la evacuación de las familias hacinadas en Torredonjimeno. Al filo de las diez de la, noche del martes, y ante una notable expectación, los gitanos pudieron montar en autobuses que los trasladaron a Vado de Baena. Un camión transportó las bestias de tiro y algunas cabras. Muchas de las familias lo perdieron todo en el vandalismo del fuego.

Las asociaciones gitanas no dan con, la razón por la cual las familias huidas de Martos no estuvieron bajo techo los primeros días. Hay quien opina que fue la falta de organización de las instituciones; responsables. De hecho, sólo el voluntarismo de la Cruz Roja atendió a los afectados en las primeras horas.

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