El viento perjudicó a los mejores en el comienzo del Torneo Británico
El viento y el campo de Turnberry (Escocia) se erigieron ayer en los protagonistas de la primera jornada del Torneo Británico de golf Los jugadores españoles no pudieron escapar del desastre en el que también cayeron los mejores. Severiano Ballesteros finalizó su recorrido con 76 golpes. El galés Ian Woosnan, con 70, el par del campo, es el líder. Jack Nicklaus, campeón M último Masters, y Ray Floyd, vencedor del Torneo de Estados Unidos, precisaron 78 golpes.
La culpa de tal tragedia hay que encontrarla exclusivamente en dos factores que se vuelven mortales para el golfista si llegan a juntarse: el viento y el campo. Ambos factores convirtieron la primera jornada del Torneo Británico en una competición que parecía hecha y disputada por principiantes. Es normal que un aficionado no toque la pelota la primera vez que coja un palo en su mano. También es normal que la segunda vez la envíe fuera de los límites de la calle o al rough (hierba alta). Fue ésta precisamente la tónica general que distinguió ayer a los participantes en Turnberry. Muchas bolas se perdieron entre el espeso rough. El viento cortaba o llevaba lejos a otras. Se produjeron muchos dobles bogeys, muchos más bogeys (más uno) y pocos birdies (menos uno), que, en definitiva, constituyen la esencia de este juego.El viento causó estragos entre los jugadores, pese a no ser tan violento como el que barrió las tiendas en la tercera jornada del torneo de 1977. El campo, que no es difícil en condiciones meteorológicas normales, con el viento se toma impracticable. Así fue como hombres como Craig Stadler superaron de largo el par del campo (70 a 82 golpes); Ian Baker-Finch, que hace dos años disputó la final de este mismo torneo en Saint Andrews, llegó a los 86 golpes; o Howard Clark, segundo en la lista de ganancias del circuito europeo, cubrió los 18 hoyos en 81 golpes, los mismos que Rivero.
"En estas condiciones, este campo es el más difícil que he visto", señaló un resignado Manuel Piñero, que, con sus 78 golpes, se mostró más que contento. "No he jugado mal, pero lo mejor es que yo ya he acabado", añadíó Piñero, consciente de que el viento no iba a cambiar para el resto de jugadores que aún tenían que efectuar su recorrido. Piñero jugó con Floyd, que finalizó con 78, y el australiano Greg Norman, que, junto con Severiano, está considerado el jugador más en forma del momento. Norman efectuó 74 golpes, jugando, según él, "muy bien".
Ayer no hubo ningún lesionado, aunque sí hubo un jugador que, cansado de dar golpes de más y de parecer un principiante, dijo que se iba al médico en nútad de su recorrido. Andrew Broadway, de 26 años, llevaba en el hoyo siete 18 golpes sobre el par, después de dar 10 golpes en ese mismo hoyo, cuyo par es cinco.
La misión imposible de bajar de los 70 golpes no la consiguió ninguno de los 102 participantes. Pocos jugadores pudieron efectuar un golpe que mereciera una ovación. Sin embargo, hay que contar el segundo golpe del primer hoyo de¡ estadounidense Donnie Hammond, que, desde una distancia de 100 metros, embocó directamente la bola. Nicklaus también consiguió un eagle (menos dos) en el hoyo 17, donde Langer, con otro menos dos, pudo lograr un total de 72 golpes. Este mismo 17 sirvió a Ballesteros para, con otro menos dos, quedarse a cinco golpes del líder.
Clasificación: 1º Woosnam, 70 golpes; 2º Faldo, Gordon, Brand, Lee y Forsbrand, 71; 7ºº Randolph, Langer, Brooks, Stanley, 72 golpes; Ballesteros y Cañizares, 76; Garrido, 77; Piñero y Olazábal, 78; y Rivero, 81.
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