La derrota de Estados Unidos rompió todos los pronósticos

La victoria de Argentina sobre Estados Unidos el pasado domingo, en Oviedo, dinamitó los pronósticos del Mundial y dio una emoción inesperada a la segunda fase del campeonato. Italia, Canadá y Argentina, en principio descartadas, pasaron a disponer de una nueva oportunidad para clasificarse en busca de una medalla.Los argentinos celebraron la victoria como un hecho histórico. Sólo una vez, hace más de 30 años, habían ganado anteriormente a Estados Unidos. Argentina, además, es la organizadora del mundial de 1990, aunque los propios argentinos se muestran incrédulos de la capacidad de su país para igualar la organización del mundial de España.

Los jugadores explicaron ayer cómo se fraguó la victoria ante Estados Unidos: "Por la mañana, antes del encuentro, tuvimos una reunión en la que nos conjuramos para dejar la piel en la pista", explicó Miguel Cortijo, líder en la clasificación de asistencias en el mundial y auténtica figura del equipo argentino. "Nos sirvió para mentalizarnos de lo que cada uno debía hacer. No digo que decidimos ganar, pero sabíamos que les complicaríamos las cosas".

El entrenador de la selección, el puertorriqueño Flor Menéndez, encontró una frase para definir su alegría: "Este triunfo es como tocar el cielo". Los jugadores coincidían al comentar: "Esta victoria debe representar el renacimiento del baloncesto en nuestro país". Curiosamente, el encuentro no fue televisado por las grandes cadenas de televisión argentinas. Buenos Aires no vio la hazaña, mientras los habitantes del interior, donde existen canales más modestos, sí pudieron verla.

Esteban Camissasa, uno de los conductores del equipo, definió su sentimiento posterior: "No sabemos en realidad cuál es nuestro límite. Ganamos grandes partidos y perdemos alguno más flojo. Pero algo es seguro: no somos el peor de los 12 clasificados".