El jefe del Shin Beth israelí admite que su peticion de gracia equivale a una confesión

El jefe del Shin Beth (servicio de contraespionaje israelí), Abraham Shalom, admitió el martes que su recurso ante el presidente israelí, Haim Herzog, equivale a una "confesión" de los delitos de los que le acusan en relación con la muerte de dos guerrilleros palestinos que fueron apresados por fuerzas israelíes en 1984.

Shalom, que dimitió como jefe del Shin Beth en junio a cambio de mantener su inmunidad y no ser perseguido, fue acusado de ordenar que se diera muerte a dos guerrilleros palestinos que fueron capturados vivos tras el secuestro de un autobús israelí.

El jefe del Shin Beth fue acusado de falso testimonio, intimidación de los testigos y falsificación de documentos ante dos comisiones oficiales constituidas para investigar el asesinato de los dos palestinos.

En un documento enviado al Tribunal Supremo de Justicia, que le había exigido notificar los criterios sobre los que se había basado para pedir su perdón, así como el de sus tres subordinados ante el presidente Herzog, el jefe del Shin Beth reconoce en un preámbulo que esta petición es una "confesión".

Según los observadores, la confesión de Shalom constituye un nuevo dato en el caso que podría impulsar al Tribunal Supremo a declarar no válida la concesión del perdón por parte del presidente israelí, Haim Herzog, lo que no tiene precedentes en la justicia israelí.

El Gobierno israelí debe, por su parte, notificar en un plazo de siete días las razones por las que se opone al comienzo de una investigación sobre este asunto.